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¿Qué es el alma? Algunas respuestas a la pregunta que inquieta al ser humano desde hace miles de años

En el mundo existe una diversidad de creencias y religiones. El concepto de alma coincide en algunas de ellas y en otras tiene una percepción diferente. Aquí se exponen parte de estas definiciones.

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Dante Alighieri, con su imaginación y originalidad, en su obra maestra de la literatura, La Divina Comedia, propone haber realizado su viaje de ultratumba en 1300, el año del primer gran Jubileo, convocado por Bonifacio VIII para la renovación de la vida cristiana. En ese viaje simbólico hace ver el “alma” en sus distintas fases —en el purgatorio, el infierno y el paraíso—. Cada una ha llegado según sus méritos en la Tierra y es un recorrido inspirado en sus aprendizajes del cristianismo, así como los conocimientos que en ese entonces le daba la ciencia, la filosofía y la teología.

El sacerdote y filósofo José Carlos Fernández explica que en la filosofía griega, uno de los primeros en expresar el término alma fue Pitágoras, con la doctrina de la transmigración o inmortalidad de ella.

Platón recoge la idea de la inmortalidad del alma, pero la considera única e irrepetible en cada hombre, aunque en su filosofía la contrapone al cuerpo, que sería como su cárcel.
Aristóteles da un paso respecto de la unidad del cuerpo con el alma con la teoría del hilemorfismo, en que el hombre sería la unión entre forma y materia. La forma es el alma y la materia, el cuerpo.

La filosofía cristiana, en diálogo con la griega, tendrá su cumbre con santo Tomás de Aquino, quien unirá los conceptos de inmortalidad de Platón, y de especificidad y unión de Aristóteles, con su doctrina del acto y la potencia.

Foto: Shutterstock La Divina Comedia,de Dante Alighieri, es una de las obras principales de la literatura. El autor sigue la idea del alma desde la tradición occidental, en la que es creada por Dios y destinada a la unión con el cuerpo. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Refiere que para los cristianos el concepto de alma es central en la defensa de cada vida como valiosa, y en cuanto cada alma es un don de Dios. En el catecismo de la Iglesia Católica se indica que “el término alma designa en la Sagrada Escritura la vida humana o toda la persona humana. Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre y de más valor en él, aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: ‘alma significa el principio espiritual en el hombre”.

La versión del catecismo destinada a los jóvenes dice que “el alma es lo que hace a cada hombre ser hombre: su principio vital espiritual, lo más íntimo de su ser. El alma es la causa de que el cuerpo material sea un cuerpo humano vivo. Por el alma el hombre es el ser que puede decir ‘yo’ y existe ante Dios como individuo inconfundible, agrega Fernández.

Santa Teresa de Jesús tuvo crisis de religiosidad y visiones místicas. Promovía la oración para purificar el alma. Esta obra de Gianlorenzo Bernini es llamada El éxtasis de Santa Teresa de Ávila. (Foto: Shutterstock)

Alma, buscarte has en mí …”Fuiste por amor criada (sic) / hermosa, bella, y así / en mis entrañas pintada, / si te perdieres, mi amada, /Alma, buscarte has en mí”. Teresa de Jesús

Al preguntarle sobre cómo podemos llegar a sentir el alma, comenta que debido a la unión sustancial, el alma no es una parte que tiene su propio lenguaje. Sería más exacto decir que el alma posee un tipo de actividad que radica más en ella que en el cuerpo: es el caso de la inteligencia y la voluntad. “Son operaciones eminentemente espirituales pero que tienen obvias repercusiones físicas. Un estilo de vida que no privilegie el desarrollo de la inteligencia y la voluntad reduce las posibilidades de que estas operaciones se manifiesten con plenitud, con el consiguiente riesgo de que la libertad y el amor —operaciones posibles solo por la inteligencia y la voluntad— queden reducidos a su manifestación más física y perecedera”, expresa.

¿Qué se hace para vivir más de acuerdo con la inteligencia y a la voluntad? El sacerdote hace énfasis en que nuevamente la respuesta son las virtudes, que nos hacen parecernos más a Cristo, Dios y Hombre verdadero. En su religión, la oración, los sacramentos y las prácticas espirituales desarrollan la capacidad de vivir de acuerdo con la inteligencia y la voluntad.

El ministro evangélico Luis Fernando Contreras expresa que, además de la voluntad, es en el el alma donde se alojan los sentimientos. “Es ella la que nos permite experimentar la tristeza, alegría, sentimientos en el corazón y muchas experiencias que definen nuestra vida”, manifiesta.

Decisiones como el perdón sanan el alma, así como los pensamientos y los deseos buenos, agrega Contreras.

Francisco Reyes Archila, coordinador regional en la Facultad de Teología de la Universidad Rafael Landívar, comparte que el alma está presente de manera íntima, pero la capacidad humana está limitada a conocer qué es el alma. La podemos sentir e imaginar, pero no es visible y tangible, por ello es que existen tanta confusión y teorías.

Cosmovisión maya

El sacerdote maya Julio Menchú manifiesta que en la tradición maya no manejan en sí el tema de alma como en el Occidente. “Nosotros nos referimos más no como alma sino como espíritu, y lo identificamos como la fuerza vital de cada persona. No existe el concepto de reencarnación —en referencia a seres o espíritus que vuelven a tomar forma corpórea—”, precisa.

También se habla del nawal de cada persona que podría describirse como una energía que le acompaña. “El nawal es una energía creadora y protectora que acompaña a la persona y está regida por un ente animista que puede ser un animal o un elemento como un mono o el viento, el agua, fuego, un lagarto, dependiendo de cuál sea el animal que representa”, indica Menchú.

La ceremonia maya es una forma de acercamiento y comunicación con el Creador y Formador, un ritual que acerca a las personas a entrar en comunión con su entorno.
(Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En total existen 20 nawales, cada uno de los cuales rige según la fecha de nacimiento de la persona. También se da una comunicación con estos nawales, en ocasiones a través de candelas o ceremonias espirituales para solicitar apoyo en diferentes proyectos.

Menchú expresa que cuando alguien muere, es una tradición poner candelas de sebo, porque el espíritu va a la otra dimensión de la vida, en Xibalbá. Este no trata de la interpretación errónea que se le ha dado al compararlo como el infierno cristiano, sino que es un lugar de descanso donde él pasa cerca de nueve días.

“Para nosotros el número nueve es sagrado y es el tiempo en que se hacen los días de duelo que se prolongan hasta nueve, que simbólicamente representan los 260 días de la gestación humana y también tiene que ver con el calendario maya cholq’ij”, puntualiza.

Esto sería comparable el regreso al útero de la Tierra. Por ello la despedida se da en este tiempo.

Otras creencias y religiones

En el misticismo rosacruz el alma se define como una energía espiritual que anima todo nuestro ser, en el sentido etimológico del verbo “animar”, de “dar vida y consciencia”.
En este aspecto, los rosacruces no piensan que está situada en el corazón, el cerebro o la sangre, como sostienen algunas religiones. Del mismo modo, no está ubicada en ninguno de nuestros chakras, como los identifican los gurús orientales.

Pero el alma no se limita a animar nuestro cuerpo físico. Es también la que confiere al hombre el poder de evolucionar espiritualmente y perfeccionarse durante su encarnación terrenal. Posee para ello un atributo principal: la conciencia, que se expresa en el hombre a través de sus facultades físicas, mentales, psíquicas y espirituales. El movimiento por su parte invita a despertar sus virtudes relacionadas con la humildad, la generosidad y la tolerancia.

El rabino Raúl Gutiérrez Pellecer, Osheah Ben Avraham, tiene una licenciatura en Biblia y ley judía, posgrado en Trabajo social y un doctorado en Educación. A través del estudio y la investigación se une a la comunidad judía, como judío nazareno, que son los que guardan la Torá, los primeros cinco libros de la Biblia, y son creyentes en Yeshúa (Jesús).

Al hablar del alma recuerda que las escrituras hablan de la creación del hombre, del polvo de la tierra y el soplo de Él mismo, y cómo se volvió un alma que hablaba, inteligente y con poder de decisión, a diferencia de los demás seres, y eso que el Creador sopló es nuestra alma. Es eterna, por lo que no tiene principio ni fin, un alma divina, dice.

Expone que el alma en sus creencias tiene cinco diferentes divisiones. Una de ellas es conocida como Neshama o alma intelectual, después tenemos el Ruah, que es el alma emocional, y el Nefesh o alma animal, donde se encuentran los instintos. Tanto Ruah como Nefesh pueden desaparecer, pero Neshama es la eterna y “por ello, aunque la muerte existe, creemos que el humano no deja de ser del otro lado de la vida”, añade.  Es Neshama la que nos lleva a los principios, a perdonar y tener empatía, y dirige al deseo de saber.

En el budismo el alma es la entidad espiritual que se expresa a través del cuerpo, el flujo de la continuidad de conciencia. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

¿Alimentar el alma?

Luiz Tuchán, concienciador, actor, poeta y creador escénico, autor de libro Reflexionando para navegar el océano del infinito, hace unas recomendaciones para enriquecer o nutrir el alma con alimentos y prácticas psicoespirituales de alto nivel como la meditación, las lecturas espirituales —no religiosas—, la literatura, la música y el arte en general.

“El arte, el arte auténtico, no es simple entretenimiento vacío. Es una puerta de entrada a la dimensión del alma y el espíritu”, opina al apuntar que, lamentablemente, la mayoría de las personas, al igual que da a su cuerpo comida chatarra o contaminada con preservantes, edulcorantes y otros químicos productores de enfermedades, proporciona a su alma contenidos groseros y ordinarios que no permiten al individuo elevarse de forma evolutiva.

En este punto Tuchán destaca que es indispensable diferenciar la religiosidad de la espiritualidad. La primera es la incorporación personal de una imagen de lo divino, de Dios, una serie de rituales y creencias, y la espiritualidad no tiene nada que ver con ello sino con el conocimiento de sí mismo, no a nivel psicológico o físico, sino a nivel espiritual sobre las grandes preguntas que han acompañado al ser humando por toda su existencia: quién soy y qué soy.

El rabino Gutiérrez coincide con esto último al expresar que quien se pregunta ya es un ser espiritual y complementará con preguntas sobre por qué vivo, para qué vivo, cuál es el sentido de la vida. Lo que está tratando indagar en los secretos de la vida, complementa.

Fernández, por su parte, considera que dado que el hombre es unión de alma y cuerpo, todo cuidado verdadero del cuerpo es cuidado verdadero del alma, y viceversa.

Los hábitos vitales que nos llevan a cuidar alma y cuerpo, denominados virtudes, son el camino para que resplandezca en el hombre la imagen de Dios, que lo creó con espíritu y materia. Por tanto, todos los hábitos en verdad positivos lo son para el alma y el cuerpo, como la oración, la templanza, la justicia, el ejercicio sano. Y todos los negativos también lo son para ambos, como el exceso en los placeres, la vanidad, la injusticia, el cerrar nuestro corazón a Dios.

“¿Te aburres? —Es que tienes
los sentidos despiertos y el alma
dormida”.
San Josemaría Escrivá: Camino, n. 368

Y quienes no creen

Leo de Souza, un artista y escritor guatemalteco, se considera ateo. Después de su adolescencia empezó a hacerse cuestionamientos sobre las creencias de su familia y de las personas que lo rodeaban.

“Sobre el alma, que es un concepto griego que significa psyché, de Platón, tengo un poco de problema porque para mí no es más que el resultado de la actividad nerviosa y cerebral que cada uno tiene. Entiendo que es materialista”, acepta De Souza. Lo relaciona también con la consciencia de darnos cuenta que existimos, somos, vamos y venimos de un lugar.

A su criterio, después de la muerte no debería existir nada al perderse esa consciencia. Federico Esteban Fuentes también es ateo y comparte que las diferentes creencias ofrecen la promesa de que al portarse bien y ser fieles a ellas tendrían un premio o, por el contrario, un castigo eterno. “El alma es un concepto que considero inventado para mantener a la gente fiel”, declara.

En su percepción, después de la muerte no hay nada y solo el cuerpo llega a un fallo multisistémico cardiaco, respiratorio, cerebral. Todo se detiene y nos volvemos fertilizante para las plantas, concluye.

Allan Kardec, profesor, filósofo y escritor francés considerado el sistematizador de la doctrina llamada espiritismo, en su obra El libro de los espíritus planteó que el alma es una de las llaves maestras de toda doctrina moral y la causa de numerosas controversias. “La divergencia de opiniones acerca de la naturaleza del alma procede de la aplicación particular que de esta palabra hace cada quien. Un idioma perfecto, en el que cada idea estuviese representada por su palabra peculiar, evitaría muchas discusiones, y con un término para cada cosa, todos nos entenderíamos”, afirmó.

Para unos este término es el principio de la vida y termina cuando se deja de respirar; para otros es el principio de la inteligencia. Hay quienes lo describen como un ser moral, distinto a la materia que conserva su individualidad, entre otros conceptos. ¿Para usted qué es el alma?

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.

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