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Hay más opciones de financiamiento para emprendedores

Emprender es más que idear, crear y ejecutar; también es riesgo, pero sobre todo buscar la inversión idónea.

Capital de riesgo es una forma de financiar empresas que están naciendo. (Foto Prensa Libre: Servicios)

Capital de riesgo es una forma de financiar empresas que están naciendo. (Foto Prensa Libre: Servicios)

El objetivo es ver crecer el proyecto sin desfallecer en el intento, y aunque en el país las opciones de financiamiento para emprender parecen ser limitadas, no es imposible lograr apoyo económico que impulse esas ideas que tienen potencial.

En Guatemala, el 53% de las nuevas empresas comienzan con capital inferior a Q10 mil; y menos del 3% de los emprendimientos empiezan con capital superior a Q100 mil, según el informe del Monitor Global de Emprendimiento 2015-2016 elaborado por la Universidad Francisco Marroquín y el Instituto Kirzner Entrepreneurship Center.

Cristina Zachrisson, directora de Fundación Paso Dos, asegura que Guatemala ha avanzado en esta temática y ha desarrollado un ecosistema de emprendimiento que madura y permite que el emprendedor pueda buscar fuentes tradicionales como bancos y financieras, o bien busque obtener sus recursos en fuentes de inversión no tradicionales como los denominados “capital ángel” o de riesgo.

Paso Dos es una organización sin fines de lucro que apoya a emprendedores a buscar ese capital semilla.


En Guatemala, 1.8 millones de personas que están comenzando sus negocios representan el 21% de la población de entre 18 y 64 años.

Según el GEM, en 2015 la tasa de emprendimiento temprano (TEA) de Guatemala fue la 14 más alta del mundo —de 60 países— y alcanzó el 17.7%.

Esta tasa de emprendimiento es la mayor que ha experimentado Guatemala desde que se midió ese indicador por primera vez, en el 2009, y es levemente superior al promedio observado para países con una estructura económica similar —14.7%— y levemente inferior al promedio observado en países latinoamericanos —19.9%.

Tierra fertil

Hugo Villavicencio, presidente de la Junta Directiva de la Cámara de Microfinanzas, afirma que cada vez más instituciones bancarias como las mismas microfinancieras analizan o han puesto a funcionar productos específicos para ofrecer ese capital de riesgo en la fase de desarrollo de proyectos.

Según el ejecutivo, lo que ha limitado en cierto grado la actividad del capital son los antecedentes, especialmente en otros países, que refieren pérdidas de hasta 70% en proyectos emprendedores.

El Ministerio de Economía (Mineco), que promueve capitales de impulso emprendedor, acepta que Guatemala está en fase de conocimiento y exploración respecto de la temática; sin embargo, Ezrra Orozco, viceministro de Desarrollo para la Microempresa, afirma que observan que cada vez más hay un creciente interés del sector financiero en canalizar fondos, aunque no existe un producto específico diseñado para atender esas necesidades.

A mediados de marzo, el Mineco entregó US$200 mil en capital semilla a 33 emprendedores. Este es un proyecto de capital no rembolsable a través de su Programa Emprende GT.

El proceso se desarrolló a través de un concurso abierto por medio de plataformas en internet, donde se recibieron mil 48 proyectos.

El programa cuenta con el apoyo del Gobierno de Taiwán y el Programa de Promoción de la Micro y Pequeña Empresa (Cenpropyme) del Mineco. A la fecha, el concurso ha dado apoyo a 68 emprendimientos.

Buscan certeza

Villavicencio sugiere a los emprendedores aprender a presentar una estructura adecuada de su idea, incluyendo su perfil o plan de negocios. Esto, asegura, es lo que necesita el inversionista.

“A pesar de que se conocen las limitantes con las que cuentan los emprendedores, las entidades encargadas de ofrecer capital de riesgo buscan proyectos donde se tenga por lo menos experiencia del jefe del proyecto y que conozca el mercado”, explica.

Otro factor importante, señala, es que a pesar de que no exista un mercado como tal de capital de riesgo en microfinancieras, los plazos y tasas de interés deben estar en función al tamaño del proyecto, viabilidad del mismo, garantías que ofrezca o bien que exista un alto porcentaje de éxito del mismo.

“El poco financiamiento entregado ha sido de corto plazo, con exigencias de retornos, ya sea en tasas o bien en rendimientos del capital en riesgo, no menor del 15% al 20%, con el objetivo de recuperar la inversión en un plazo no mayor de cinco años”, asegura.

Las microfinancieras encuentran mayor certeza en aquellos proyectos cuyos destinos sean al consumo masivo, por significar menor exigencia de capital como una mayor rotación y más facilidad de encontrar espacio en el mercado por cubrir.

Disruptivo

El viceministro de Economía señala que existen otras fuentes de financiamiento disruptivas que están incursionando en el mercado guatemalteco, tal el caso del modelo crowdfunding —financiación colectiva— que crean comunidades entre sectores privados que desean prestar dinero y otras que lo necesitan.

Algunos ejemplos que ya funcionan son www.yotepresto.com, Clip y Kubo financiero. En Chile existe una plataforma de financiamiento colaborativo llamada www.cumplo.cl, donde colocan un promedio de US$10 millones al mes y también apoya a otros países de Latinoamérica, incluyendo a Guatemala.

Otra iniciativa que ha tenido mucho éxito es www.gofundme.com, la cual tiene conceptos de crowdfunding y también de fundraising —captación de fondos privados—.


Orozco menciona que varias modalidades de financiamiento disruptivo ya están contempladas en la Ley de Fomento al Emprendimiento que fue presentada al Congreso como iniciativa 5241 y que se encuentra en revisión en la la Comisión de Economía.

En opinión del viceministro, dicha ley permitiría una canalización importante de fondos para que el emprendimiento en Guatemala despegue de una manera exponencial y permita la creación de muchas empresas generadoras de empleo, promoviendo la dinamización de las economías locales y propiciando condiciones para reducir significativamente la migración de los connacionales.

Otro aspecto de la ley sería la creación del Fondo Guatemala Emprende, el cual se convertiría en la opción nacional de capital semilla, con un fondo anual mínimo de US$2 millones, con el objetivo de atender a mil 500 emprendedores cada año.

Desde lo privado, la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) apoya a los guatemaltecos que tienen la convicción de crear un negocio propio a través del programa Guatemala Emprende, que forma, acompaña y reconoce a las nuevas figuras de la empresarialidad.

El programa ha formado a más de 130 emprendedores y consiste en tres fases, desde el desarrollo de la empresa hasta la legalización de esta.

Grandes retos

María Rodríguez, cofundadora y directora de Chamba Coworking, que funciona en el Campo Tecnológico (TEC) de la zona 4 y que ha tenido la experiencia de ver nacer varios emprendimientos, percibe que la mayoría de estos comparten la necesidad de tener acceso a diferentes tipos de capital.

Además, señala que hace falta formación o metodología que acompañe previo, durante y después de recibir el capital de riesgo, lo cual hace que los emprendedores no siempre persigan oportunidades de acceso de capital.

Es importante que los emprendedores estén preparados para poder, primero, reconocer la necesidad de inversión, y luego no solo poder maximizar el retorno sobre la misma y cumplir con la responsabilidad ante el inversionista.

“Hace falta un instrumento integral para reducir la brecha entre el emprendedor, el acceso a capital de riesgo y lograr así maximizar todo impacto positivo que se pueda generar”, refiere Rodríguez.

Edwin Kestler, de la empresa de tecnología Flatbox, emprendimiento que también salió del TEC, considera que el capital de riesgo se convierte en un reto mayor para las empresas de innovación y tecnología, porque no cuentan con instrumentos tangibles que garanticen la inversión y por lo general se ven en la necesidad de salir a buscar al extranjero ese apoyo.

En el caso de los emprendimientos de alimentos y productos de servicio, es más accesible poder conseguir créditos porque la rentabilidad se puede comprobar, comenta Ana Lucía Ríos, de la repostería libre de gluten Nuss.

María Mercedes Zaghi, encargada del Área de Desarrollo de Negocios del TEC, afirma: “Nosotros, en la comercializadora de tecnología Grafiaetc, estamos en constante búsqueda y con la mayor apertura de recibir y apoyar fondos locales e internacionales que apoyen a nuestro portafolio y directorios de emprendimientos”.

“Es importante destacar que los fondos de riesgo se especializan en temáticas. Por ello, cuando organizamos los famosos pitch rounds hacemos convocatorias amplias que permitan cumplir con los requisitos pero siempre apoyando mediante la aceleración con la mentoría y asesoría necesarias.

La Asesoría es esencial

Juan Antonio Mazariegos, delegado de la empresa Alegalis, explica que el capital de riesgo es aquel que está dispuesto a apostar por las ideas del emprendedor.

Según el profesional, son por lo general personas o fondos que tienen disponible liquidez, que desean invertirla y están dispuestas a arriesgar el dinero con el entendido de que, por encontrarse en fases iniciales, tienen muchas posibilidades fracasar.

Los negocios necesitan de inversión para desarrollarse y crecer, afirma.

Lo que el emprendedor debe buscar es que las reglas sean claras y que se cumplan los contratos y las leyes.

“No es indispensable ser un experto en finanzas ni que mis proyecciones sean perfectas, pues eso se pule en conjunto. Lo que hay que tener claro es lo que ambos tienen como objetivo”, enfatiza Cristina Zachrisson.

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