¿Cómo nació su interés por la pintura?
Desde niño tuve inclinación hacia el arte, pero tengo claro que el ser humano nace con genes que le facilitan lo que debe hacer. Ese es mi caso. Provengo de dos familias de artistas y músicos.
¿Hay más artistas en su familia?
En la familia Azurdia, de mi madre, hubo tremendos músicos que interpretaban marimba y sax. Mi padre y un tío eran buenos marimbistas y compositores. Mi primo mayor, Guillermo Rojas, dirigió por muchos años la Orquesta Rojas. Mi abuelo materno pintaba paisajes para los nacimientos de Navidad y modelaba figuras de pastores y ovejas; yo le ayudaba, porque me gustaba trabajar el barro y él me estimulaba.
¿Qué otras ramas artísticas cultiva?
Primeramente, mi profesión de arquitecto, complementada con la maestría en planificación urbana y rural, que estudié en la República Dominicana, con patrocinio de la OEA. Toco piano, guitarra, sax, mandolina. He escrito canciones y poesía.
Dicen los expertos en arte que usted tiene una técnica para pintar muy particular.
No pinto echando la pintura encima del lienzo, sino escarbando después de haber echado muchas, muchas capas de pintura que se quedan abajo, como un mundo de colores. De niño, en Sumpango, pueblo de origen de mi familia materna, yo miraba que para el día de la fiesta patronal pintaban las paredes de adobe de un color diferente todos los años. Pasados unos 15 años esos muros estaban cargados de pintura, y miraba como un camión u otro objeto las raspaba, dejando ver un mundo de colores que se iban hacia el fondo del muro, de allí parte mi técnica.
Su arte ha reflejado la realidad de Guatemala.
He gozado de la bondad maravillosa de mi país, uno de los más hermosos del mundo, pero también uno de los más sacrificados y heridos. La vergüenza de Guatemala son los partidos políticos y los gobiernos. En 1970 hice una serie de obras dedicada a las barbaridades y las matanzas grotescas que cometió el expresidente Carlos Arana. Se exhibió en el Museo de América, en Washington D. C. Se vendieron todos los cuadros, cosa que ni por broma pensaba.
¿Lo tocó de cerca esa represión?
Tengo muchas anécdotas. El 8 de enero de 1968 mataron a Rogelia Cruz, compañera de Arquitectura y amiga íntima. La acusaron de guerrillera. Durante 12 o 14 años pinté temas de protesta por la violencia política, que me valieron amenazas y salidas precipitadas del país.
¿Y el grupo Vértebra?
Lo fundamos en 1969, con Maco Quiroa y Roberto Cabrera. Coincidimos en protestar por la violencia y corrupción de los gobiernos. Éramos tres curas dando misa, que también tuvimos problemas en lo personal.
¿Qué precio tiene uno de sus cuadros o esculturas?
Depende de la dimensión, y también de factores como si es una obra premiada. Es preferible que esto esté en reserva.
¿Dónde hay obras suyas?
Rituales se exhibe en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el más grande del mundo. Soy el único artista visual centroamericano con una obra en ese lugar. Se puede ver en la página web del museo.
Algunas de sus pinturas se basan en contenidos de fe. ¿Es usted religioso?
No soy religioso. No siento ningún placer de ir a misa, pero me conmueve la devoción de los indígenas cuando rezan. Veo en la religión católica cien años de matar gente en la guerra de las cruzadas; veo a un nazi politiquero en el anterior papa, y otro que estuvo encubriendo al arzobispo de Nueva York que era pedófilo. Veo a ese señor predicador que tiene una ciudad religiosa, para mí es una actitud asqueante.
Usted fundó el Ministerio de Cultura. ¿Cómo surgió?
Fue en 1986, durante el gobierno de Vinicio Cerezo. Fui el primer ministro. No fue fácil. Con mis contactos y consultas en varios países estructuré los objetivos, como dar atención a la dignidad del guatemalteco, el resguardo del patrimonio cultural y acabar con la depredación del tesoro nacional.
¿Cuánto tiempo fue ministro?
Trece meses, entre 1985 y 1986, pero salí defraudado, porque no vi voluntad para echar a andar el proyecto cultural que proponía y los militares ya se habían entrometido en el Gobierno.
¿Aceptaría otra vez el cargo?
No, aunque me lo han ofrecido. El Ministerio está desprestigiado, y los últimos presidentes han sido ignorantes en el rol cultural, solo se interesan en la politiquería, ni siquiera en la política como tal.
Compitió dos veces por la alcaldía. ¿Qué aprendió?
La primera, fue en 1985, con la Democracia Cristiana. La segunda, en el 2008, con la UNE. Aprendí que en Guatemala ser artista es pecado, porque si yo me meto a político, tengo que ser un mediocre que no haga nada, porque si me ven tocando piano o guitarra o pintando, la gente dice: Lástima, es artista.
Frente a la Intolerancia -Convicción y valentía-
Para sus obras, Élmar René Rojas siempre ha encontrado inspiración en la identidad nacional, pero también ha reflejado en ellas el momento político, su ideología, anhelos, pesares e indignaciones, que le han valido poner su vida en peligro.
Durante el gobierno del general Lucas García, en 1980, Rojas recibió a un visitante en su residencia. Era un hombre que le pidió hablar en privado.
Caminando por las escaleras el visitante tropezó y Rojas lo sostuvo para que no cayera, de esa manera se dio cuenta de que el misterioso personaje llevaba en la cintura, bajo el saco, varias granadas y una escuadra. —Vengo a eliminarlo—, le dijo. —¿Eliminarme? ¿Por qué? —Usted es el que trae el dinero de Cuba para la guerrilla.
Rojas explicó que ha viajado muchas veces a esa isla, incluso ha sido atendido personalmente por Fidel Castro, pero sus visitas han sido para mostrar la cultura de Guatemala por medio de sus pinturas, incluso en la Casa de las Américas.
—Pero usted tiene mucha suerte—, enfatizó el siniestro mensajero. Yo fui novio de una muchacha que trabajaba en las oficinas de la ONU, ella lo conoce y me ha pedido que no lo elimine. Le doy una oportunidad. Diré que no lo encontré, pero es necesario que hoy mismo salga del país, porque lo tenemos controlado. Usted no se puede esconder y tengo que cumplir la orden. Esa misma noche, Rojas salió para Chicago, en donde permaneció ocho meses.
En otra ocasión, en su oficina de arquitectura que se ubicaba en el edificio Ruth, en la 9a. avenida y 13 calle, zona 1, un grupo de hombres con apariencia de “judiciales” lo llegó a secuestrar. Ni la presencia de miembros de la seguridad de su amigo Vinicio Cerezo, que llegaron para protegerlo, pudo evitar la detención.
Rápidamente Rojas fue introducido en uno de esos vehículos policiales llamados “perreras” e incomunicado en una bartolina de paredes ensangrentadas, en el centro carcelario Santa Teresa. La intervención inmediata de su amigo periodista Carlos Toledo, quien fungía como secretario de la Presidencia de ese entonces, le salvó la vida.
PERFIL | TRAYECTORIA |
Élmar René Rojas
Nació en San Raymundo, en 1942.
Se graduó de arquitecto en la Usac.
Ha cursado estudios de Filosofía y Letras, y Ciencias Políticas y Sociales.
Fundó el Ministerio de Cultura y deporte.
Ganador del Gran Premio Iberoamericano de Pintura Cristóbal Colón, España, en 1984.
“Para ser presidente solo se necesita tener 45 años y ser alfabeta. Para cualquier empleo piden maestrías”.