Este cuerpo celeste, de entre 40 y 90 metros de ancho, podría impactar el planeta el 22 de diciembre de 2032, según estimaciones de las agencias espaciales internacionales, y potencialmente causar daños considerables, como la destrucción de una ciudad.
Un pronóstico que hay que tomar con cautela porque se basa en datos preliminares y es probable que cambie en las próximas semanas y meses, insisten expertos consultados por la AFP.
“No entro en pánico”, aseguró Bruce Betts, de la organización estadounidense Planetary Society. Pero pidió que se vigile este asteroide, bautizado “2024 YR4”.
Si se estrellara contra la Tierra, su impacto podría ser 500 veces más potente que la bomba nuclear de Hiroshima, de acuerdo con las estimaciones actuales. Suficiente para arrasar una ciudad entera, por ejemplo, dijo Betts. O incluso provocar un tsunami, si el impacto fuera cerca de una isla o de la costa.