DEUTSCHE WELLE

Teléfonos a favor de la privacidad y en contra de Google

Cada movimiento de los usuarios de smartphones es vigilado y, sin embargo, Apple, Facebook y Android siguen siendo los favoritos. ¿Y si retomamos el control sobre nuestra información? Eso proponen dos iniciativas.

|

La semana pasada, Google se disculpó tras haber permitido, por equivocación, que completos desconocidos accedieran a videos de usuarios de teléfonos inteligentes. Una brecha en la seguridad permitió que en noviembre, y durante cinco días, decenas de miles de personas descargaran grabaciones desde la nube a las que, en teoría, no debían tener acceso.

Si bien Google insiste en que pone especial cuidado en proteger nuestra información, al mismo tiempo sigue vigilando nuestros movimientos, incluso cuando dice que no es así. Una reciente investigación realizada por Associated Press descubrió que muchos de los servicios de Google para Android y Apple almacenan los datos de ubicación de los usuarios incluso cuando estos habían desactivado esa opción en la configuración de privacidad.

Esto se suma al registro que hace de cada búsqueda que realizamos y cada video de YouTube que vemos. El gigante tecnológico también compra información de aplicaciones externas y luego la cruza con otros datos que tiene de cada usuario. Todo esto permite la creación de perfiles de comportamiento que luego son vendidos a los anunciantes, con grandes ganancias… para Google.

“Si tienes un teléfono Android, y ese es el caso del 74 por ciento de los usuarios en todo el mundo, le envías 12 megabytes (MB) de información personal al día a Google, mientras que el iPhone le envía unos 6 MB”, advierte Gaël Duval, creador de /e/, el primer sistema operativo respetuoso de la privacidad.

Llegó el momento de “desgooglearse”

Con el respaldo de miles de patrocinadores a través de una campaña de crowfunding en Kickstarter, Duval montó una organización sin fines de lucro para crear lo que él llama un “ecosistema móvil totalmente libre de Google”, uno que ponga a la seguridad y la privacidad de los usuarios por sobre todo. El software, que incluye un sistema de almacenamiento seguro, correo electrónico, calendario, buscador y tienda de aplicaciones, no envía información a Google.

Mientras /e/ se centra en el sistema operativo, otra iniciativa, Purism, lo hace en el teléfono mismo. Para ello, reunió 2,4 millones de euros a través de un crowfunding. Librem 5 empezó a ser comercializado a fines del año pasado y si bien parece un Android, usa el sistema operativo PureOS, de Purism, que también promete no recopilar datos de los usuarios para obtener ganancias.

“Nuestras aplicaciones no capturan ni comparten información con firmas comerciales y nuestro navegador usa un motor de búsqueda que respeta la privacidad de los usuarios”, asegura Kyle Rankin, jefe de seguridad de Purism. Tanto /e/ como PureOS dificultan el trabajo de los hackers y las agencias de inteligencia al limitar un acceso secreto a los teléfonos, lo que quiere decir que la información está mejor protegida del espionaje y los ciberataques.

Difícil competencia

Librem 5 cuesta 749 dólares, pero hay una lista de espera de seis meses. También está disponible una versión hecha en Estados Unidos a un precio de 1.999 dólares. /e/ viene precargado en varios modelos de Samsung Galaxy, pero los teléfonos actualmente solo se venden y envían dentro de Europa. Como alternativa, los más expertos pueden descargar /e/ e instalarlo en sus smartphones. Duval asegura que funciona en casi 90 modelos de Android.

Enfrentarse al duopolio Google/Apple no es fácil. Es tan poderoso el influjo que ejercen los teléfonos inteligentes que muchos usuarios prefieren hacer la vista gorda a la recopilación de información que realizan los gigantes tecnológicos. Una encuesta realizada el año pasado por Content Next reveló una enorme falta de conciencia respecto a este tema.

Un móvil de Purism.

Cerca de dos tercios de los encuestados en Estados Unidos no sabía que Google compra información a aplicaciones externas. Más de la mitad, en tanto, no se había dado cuenta de que sus cuentas de Google estaban vinculadas con sus búsquedas en la web.

Usuarios sin poder

“Incluso aquellos que están informados sobre los temas de seguridad se sienten incapaces de reaccionar”, dice Rankin a DW. “¿Qué poder puede ejercer un individuo solo contra las industrias multimillonarias que contratan a los mejores ingenieros del mundo para capturar cada bit de información disponible?”, se pregunta.

La actitud ante esto, sin embargo, está cambiando. Las numerosas violaciones de datos han impulsado esa transformación. Un estudio realizado por Deloitte el año pasado mostró que el 84 por ciento de los consumidores estadounidenses cree que debería legislarse para restringir la recolección de información y aumentar la privacidad en línea.

“Redefiniendo la privacidad”

Rankin advirtió que los gigantes tecnológicos están ahora “redefiniendo la palabra ‘privacidad’” en su propio beneficio. Si bien dicen que quieren defenderla, lo que realmente desean es protegerse de sus competidores, sostiene. “Agregan medidas de seguridad a sus softwares y servicios para que solo ellos puedan capturar, ver y vender la información”, indica.

Por ello, para Duval, el sistema operativo /e/ es “un acto de resistencia y de soberanía digital”. A su juicio, “la gente se siente cada vez más incómoda con los gigantes tecnológicos, que se inmiscuyen en cada aspecto de nuestra vida digital y fomentan un tipo de totalitarismo privatizado que supone una amenaza para la democracia”.