Los orígenes de esta actividad se habían identificado en frica, Asia y Europa, pero se creía que los primeros signos de fuego de la historia se encontraban en restos de recipientes calcinados encontrados en Israel hace entre 700 mil y 800 mil años.
Ahora los científicos han encontrado fragmentos de huesos de animales quemados y herramientas de piedra que parecen datar de tiempos incluso anteriores en capas de sedimentos de la cueva de Wonderwerk, en el centronorte de Sudáfrica, donde excavaciones anteriores habían revelado importantes huellas de presencia humana.
Los investigadores encontraron “cenizas de material vegetal bien preservado y fragmentos de huesos quemados depositados in situ en superficies bien delimitadas y mezcladas con los sedimentos” en la cueva, lo que sugiere que se realizaban pequeñas hogueras cerca de la entrada, afirma el estudio.
Algunos de los fragmentos muestran evidencia de decoloración de la superficie, típica de los fuegos controlados, y no de otro tipo de fuegos naturales o de otros fenómenos similares.
“El análisis lleva el uso del fuego por los humanos a 300. mil años atrás, sugeriendo que antecesores humanos nuestros tan tempranos como el Homo erectus podrían haber utilizado fuego como parte de su vida diaria”, afirmó el antropólogo Michael Chazan, de la Universidad de Toronto y co-director del proyecto.
El Homo erectus es el tipo de humano más antiguo que se conoce. Con largas piernas y grandes cerebros se parecían a los humanos actuales, y se cree que deambularon por la tierra hace 1,8 millones de años, mucho antes que los Neandertales.
“El control del fuego habría sido un factor fundamental en la evolución de la humanidad”, dijo Chazan.
“El impacto de la comida cocinada está bien documentado, pero el impacto del control del fuego habría alcanzado a todos los elementos de la sociedad humana. Socializar en torno a un fuego podría ser un aspecto esencial de lo que nos convierte en humanos”, agregó.
El equipo internacional de investigadores incluye a expertos de la Universidad de Boston, la Academia de Ciencias y Humanidades de Heidelberg, Alemania, la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Universidad de Witwatersrand en Johanesburgo y la Universidad de Toronto, en Canadá.