Se sabe que, en cumplimiento de su deseo, Cervantes fue enterrado en la iglesia conventual de las Trinitarias de Madrid —ubicada a solo unos metros de la casa donde murió, en el ahora denominado Barrio de las Letras—, y las principales investigaciones sostienen que sus restos nunca salieron de allí.
Expectativa
Si se cumplen los plazos previstos y todo sale según lo deseado en el 2014, dos años antes de la celebración del cuarto centenario de la muerte del escritor, se despejará la incógnita de si sus restos siguen tanto tiempo después en la iglesia donde pidió ser sepultado.