Escenario

Canción inspirada en las golondrinas

Todavía sobreviven algunas golondrinas y palmeras que forman parte del imaginario recreado en la canción Noches de Escuintla, que popularizara María del Tránsito Barrios en 1955 y que tiene múltiples versiones, instrumentales y cantadas.

Desde 1979, la pieza fue adoptada como himno departamental, pero también es referente de identidad guatemalteca. “Quiero llevarme de ti un collar de golondrinas, para poder recordar de tus noches tan divinas”, reza la primera estrofa.

La compositora nació en Amatitlán, el 14 de agosto de 1929. Comenzó su vida artística hacia los 16 años, y formó parte de varios grupos.

En un anochecer, durante una gira departamental, a María del Tránsito le llamaron la atención unas pequeñas sombras que pasaban raudas por el cielo. Preguntó a sus acompañantes sobre estas, y uno de ellos, de origen mexicano, le dijo: “Pero, ninfa, tú eres de aquí, ¿y no sabes que es sombra de golondrinas?” Al darse cuenta, miró los cables del tendido eléctrico, poblados de muchas avecillas.

Para disipar la pena, la compositora se inclinó hacia el suelo con los brazos extendidos, y les dijo: “Miren, me voy a poner un collar de golondrinas”. Además, les prometió a sus amigos que de su inspiración brotaría algo para inmortalizar aquel momento. Esa noche, compuso la letra y música de la famosa canción, que fue una entre las muchas que hizo.

La primera interpretación de aquella melodía habría sido en Puerto San José. Fue con un acompañamiento sencillo, pero con el tiempo esa canción conquistaría muchos corazones de ese departamento.

Actualmente la cantan las porras de futbol, la tocan las bandas escolares y es infaltable su versión en marimba en las festividades escolares locales.

El tema refleja un paisaje emblemático que a la vez permite visualizar e identificarse con la vivencia.

María del Tránsito Barrios recibió varios homenajes por su talento. Falleció en el 2004.

RECIBIÓ HOMENAJES

La ninfa de Amatitlán murió el 28 de septiembre del 2004.

Fue velada  dos noches. Primero en el Centro Cultural de  Escuintla, a donde acudieron cientos de personas para acompañarla y despedirla con lágrimas,   flores y canciones.

El 29 de septiembre recibió un homenaje en la  capital por parte de la Asociación Guatemalteca de Autores y Compositores. Fue sepultada en su natal  Amatitlán.