La prueba de sangre conocida como PSA, para detectar el cáncer de próstata, no debería continuar haciéndose a hombres sanos, recomienda un comité federal estadounidense en un informe revelado el fin de semana último, que promete relanzar la polémica sobre el controversial test.
“La baja especificidad de la prueba de PSA, junto con su incapacidad para distinguir los tumores benignos de los agresivos, hace que un número considerable de hombres esté siendo sobrediagnosticado de cáncer de próstata”, indicó el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (US Preventive Services Task Force).
El grupo de trabajo tampoco encontró evidencias de que otras formas de detección del cáncer de próstata, como una ecografía o un examen rectal digital, sean eficaces.
El PSA, ampliamente utilizado desde la década de 1990, ha tenido consecuencias adversas para un gran número de hombres que se sometieron después a biopsias y otros tratamientos.
