Antonio Camargo Carrasco nació en Guadalajara, Jalisco, el 1 de junio de 1926, en el seno de una familia de artistas de carpa y desde hace 33 años se mudó a la capital yucateca. Allí se casó con la yucateca Guadalupe González, quien falleció hace algunos años.
La hija del cantante tapatío, Lourdes Camargo, quien reside en la Ciudad de México, acudió a Mérida hace unos días para cuidarlo después de una cirugía en el pie que se complicó por la diabetes.
Fueron las autoridades municipales de Mérida quienes confirmaron el fallecimiento de este artista tan querido en su tierra.
Desde que la grabó en 1953 para su primer disco, esta melodiosa forma de despedir el año dejó huella en su carrera y por 66 años le ha dado más fama que dinero a todo lo largo y ancho de Latinoamérica.
En una ocasión, en diciembre de 2018, confesó en entrevista con Efe que jamás pensó que 13 lustros después, su canción “El año viejo” seguiría vigente, “menos que se convertiría en una joya musical en Latinoamérica”.
“Francamente no esperé que la canción trascendiera, porque había grabados otras canciones como ‘La bandolera’, ‘La engañadora’ y ‘Partido por la mitad’, pero tuve la fortuna que al público le gustara ese tema”, dijo a Efe en su hogar de Mérida.
Tony Camargo lamentó no haber conocido al autor de “El año viejo”, el colombiano Crescencio Salcedo.
Como si su mente retrocediera hasta 1953, cuando grabó el tema cuyo estribillo “Me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra” resuena en los hogares de Latinoamérica, el cantante recordaba que la partitura la llevo a México desde Caracas junto con otras.
En 2018 expresó la petición que tenía para el público: que el mundo brindara alegría a sus seres queridos, “es un deseo tan grande como el que tengo de seguir cantando”, dijo en aquella ocasión.