Escenario
La historia de la primera maestra originaria de Guastatoya: Isabel “Chabelita” Ordóñez
A principios del siglo XX una maestra en Guastatoya consagró su vida al magisterio y su nombre bautizó por algunos años una escuela de niñas. Una iniciativa busca recuperar su recuerdo e historia.
Una imagen de la maestra Isabel Ordóñez, quien fue la primera maestra graduada originaria de El Progreso, Guastatoya. (Foto Prensa Libre: Alfredo Santiago Solís y Solís)
En el magisterio existen una serie de historias que perduran en el tiempo, una de ellas es la de Isabel Ordóñez que consagró su vida a la eduación.
"La señorita Isabel de Jesús Ordóñez, conocida como “doña Chabelita”, no formó hogar y consagró su vida al magisterio. Nació en Guastatoya el 19 de noviembre de 1872", según describe el libro Víctor Carula y la Guastatoya de ayer, de J. Ernesto Pinto Calderón.
El texto comparte la partida de bautismo de la maestra Ordóñez, donde se consigna que es hija de Teodosia Ordóñez, quien era madre soltera.
Después de cursar los estudios primarios en Guastatoya, se trasladó al recién fundado Instituto Normal para Señoritas de Oriente (Inso), en Chiquimula. El recorrido hacia ese lugar lo hacía a caballo.
El 20 de octubre de 1894 recibió honores, como parte de la primera promoción de profesoras egresadas de aquel prestigioso centro de estudios, y obtuvo el título de Maestra de Instrucción Primaria. Fue docente en el mismo establecimiento en el que se graduó.
En 1897 comenzó su carrera como maestra en la Escuela Nacional de Niñas de Guastatoya, la cual fue interrumpida en el año 1900, cuando trabajó también como docente en Zacapa.
En 1901 regresó a Guastatoya, donde impartió clases hasta 1934. Se jubiló por problemas de salud.
Alfredo Solís y Solís, ahijado de Ordóñez y actualmente de 94 años, refiere que fue la primera maestra originaria de Guastatoya que regresó graduada al municipio, lo cual motivó a otras estudiantes a seguir el camino del magisterio en esa localidad. Él fue testigo de las personas que llegaban a recibir clases con ella y a quienes preparaba para dar clases.
La historia cuenta que en 1920 invasores jalapanecos quebraron la puerta de su casa, ubicada cerca del cuartel, porque sospechaban que escondía a algunos seguidores de Manuel Estrada Cabrera. En señal de rebeldía, no quiso reparar la puerta, y tiempo después, cuando le preguntaban por qué la puerta estaba mal, decía que era un recuerdo que le había dejado el batallón de Jalapa.
Vio pasar, en 40 años de carrera magisterial, a distintas generaciones de estudiantes. Recibió reconocimientos, como un diploma de honor al mérito otorgado por la Municipalidad de Guastatoya en 1947.
Mediante el Acuerdo Gubernativo 218, emitido por el gobierno de Juan José Arévalo Bermejo, se designó con su nombre a la Escuela Nacional de Niñas de Guastatoya, aunque actualmente ya no lleva ese nombre. Esto consta en un documento con fecha 21 de mayo de 1948.
El ahijado comparte que en sus últimos años, la maestra empezó a perder el oído y tuvo un derrame cerebral. El 22 de febrero de 1963 falleció en Guastatoya, a los 90 años de edad. Está sepultada en esa localidad.
Solís y Solís tiene el deseo que el nombre de Isabel Ordóñez siga siendo recordado en el lugar y ha hecho diferentes comunicaciones con autoridades para hacer homenajes o actividades para que en Guastatoya y Guatemala permanezca su historia, aunque no ha obtenido respuesta positiva a la fecha.



