Escenario

¿Se salvará el quetzal, ave símbolo de Guatemala? Ballet narra la lucha por la fauna en Tikal

El 16 de septiembre se presentó la obra “Tikal, la ciudad de las voces”, una única presentación que destacó el trabajo de más de 50 artistas en escena y un ensamble de múltiples disciplinas y talentos.

La obra Tikal, la ciudad de las voces hizo su estreno en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias el pasado martes 16 de septiembre. (Foto Prensa Libre: Ministerio de Cultura y Deportes)

Tikal, la ciudad de las voces es un ballet inspirado en la historia de un quetzal en peligro, compuesto por el guatemalteco Kevinne Urías, presentado el martes 16 de septiembre en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, como parte del Festival de Junio 2025. Como parte de la introducción destacó el Himno Nacional con la integración de banda y marimba, así como la interpretación de la pieza Noche de luna entre las ruinas.

La obra, fruto de casi cinco años de trabajo de Urías que este 2025 logró una integración colaborativa entre amigos y artistas independientes, reunió a unas 400 personas que presenciaron una puesta en escena de una hora y media, en la que se representaron la fauna guatemalteca, los puntos cardinales y voces ancestrales que buscan rescatar al quetzal, ave símbolo nacional.

Durante la presentación, personajes encarnaron a diversos animales del entorno guatemalteco, destacando la participación de Valeria Alejandra Urías González como el quetzal y Bryan Estuardo Ochoa Bolvito, junto a cerca de 20 bailarines más. La obra expuso la armonía de la naturaleza, el temor ante la llegada de un depredador y mensajes de conciencia ecológica y cultural. En Guatemala la especie es considerada como amenazada y se ubica en la categoría 3 de la lista roja del Consejo Nacional de Áreas protegidas –CONAP- (2009).

El elenco estuvo conformado por 24 bailarines, una orquesta de 30 músicos, marimba y un coro con la participación de Pedro Pablo Solís, Rebeca Baldizón Gabet, Enrique Uribe, Élfido Ayala, Lilian Elías Reyes, Carmen y Jaime Urías, y Brian Mejía. La música estuvo a cargo de la Orquesta Filarmonía, mientras que las visuales fueron realizadas por Claris Branher y Susana Oliva.

En la dirección coreográfica estuvo Mauricio Fernández; en la dirección teatral, Andrea Bran Hernández y en la dirección de marimba, Gilmar Tuyuc.

Fernández destacó que esta propuesta “representa un regreso al inicio del ballet en Guatemala”, combinando orquesta y danza en vivo como se hacía tradicionalmente. También enfatizó que, aunque el equipo de artistas es independiente, la obra demuestra que es posible unir danza y música con calidad profesional, y llamó a las autoridades a apoyar el arte independiente para evitar que quede en el olvido.

Kevinne Urias comenta que dependían de la taquilla para lograr este montaje aunque por ahora ha sido una inversión personal y el apoyo de personas cercanas. "Esperamos tener más presentaciones", agrega.

Una puesta en escena que celebra la naturaleza

Tikal, la ciudad de las voces nace en la selva, entre los árboles y la música. Es considerado por el público como un viaje sonoro a las raíces y a la naturaleza que nos rodea, integrando música sinfónica, marimba, voces y danza.

Los organizadores lo describen como “un diálogo entre el pasado y el presente, entre la ecología y el arte, entre el silencio y la sinfonía”, donde cada movimiento narra un momento clave de la historia del quetzal y del bosque que lo rodea.

  • Primer movimiento: El guardián del bosque
    Aquí emerge un protector de los seres vivientes mientras se desarrolla la danza de los monos y las aves, hasta la aparición de los cazadores. Se genera una confrontación entre dos mundos y una batalla en el bosque, simbolizando el choque entre la naturaleza y la amenaza humana.
  • Segundo movimiento: Prisionero
    Narra la agonía de un quetzal capturado, que evoca recuerdos de su libertad. En medio de su sufrimiento, escucha las voces de los ancestros, representadas por los colores de los cuatro puntos cardinales, quienes buscan regresarlo a su origen.
  • Tercer movimiento: El vuelo del quetzal
    Representa la transformación del espíritu del quetzal. Este último acto es un llamado a reconocer la fragilidad de los ecosistemas y deja una reflexión profunda tras la hora y quince minutos de presentación.
Durante la presentación se tienen estampas guatemaltecas de tradiciones. (Foto Prensa Libre: Ministerio de Cultura y Deportes)

Un proyecto familiar y simbólico

La presentación tuvo un carácter íntimo para la familia Urías. Valeria (el quetzal), Carmen (coro y traducción de un canto al kaqchiquel), el hermano menor, Jaime Urías Gonzalez (clarinete) y el padre Jaime Urías (coro) participaron juntos por primera vez en un escenario emblemático como la sala Efraín Recinos. Carmen destacó el mensaje de uno de los cantos: “todo vuelve a la Tierra y cuando esta muere, todo vuelve a las estrellas”.

Valeria subrayó la responsabilidad técnica y simbólica de interpretar al quetzal, ave que representa la libertad para Guatemala, mientras Carmen invitó al público a seguir apoyando el arte nacional y valorar el trabajo de quienes, desde la independencia artística, buscan crear propuestas innovadoras que rescaten la identidad cultural.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.

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