Escenario

Se recuerdan las tres décadas de la ausencia de Simone de Beauvoir

Para el movimiento feminista y literario en el mundo, la imagen de Simone de Beauvoir no pasa desapericibida.

Es considerada como una de las principales propulsoras de los derechos y la igualdad entre hombres y mujeres. Falleció el 14 de abril de 1986, y hoy se cumplen 30 años de su ausencia física.

La historia de Beauvoir fue notoria luego de la publicación de su libro El segundo sexo, en 1949, un texto de mil páginas de tratado de corte marxista y existencialista con un análisis profundo sobre la historia del papel del género femenino.

“Si somos iguales, seremos más libres”, escribió Simone de Beauvoir, que aún después de su muerte se le ve como la abanderada del existencialismo europeo más puro y defensora de la mujer como identidad propia.

La obra de Beauvoir refleja el pensamiento de una mujer que impulsó el feminismo casi 20 años antes que fuera un tema mundial en la década de 1960. “La mujer no nace, se hace”, describe con un estilo de vida independiente, coherente con su manera de ver el mundo.

Su vida

Simone de Beauvoir nació en la ciudad de París, Francia, en 1908. Creció en el seno de una familia burguesa y destacó desde temprana edad como una alumna brillante. Estudió en la Sorbona. En 1929 conoció al escritor Jean-Paul Sartre, que se convirtió en su compañero durante el resto de su vida.

Se graduó en Filosofía y hasta 1943 se dedicó a la docencia en los liceos de Marsella, Ruan y París, en su país natal.

Fue fundadora junto a Sartre, Albert Camus, y M. Merleau-Ponty, entre otros, de la revista Tiempos Modernos, cuyo primer número se publicó el 15 de octubre de 1945.

Fundó, con algunas feministas, la Liga de los Derechos de la Mujer; desde esta plataforma se opuso a cualquier discriminación sexista. Preparó un número especial de Tiempos Modernos destinado a la discusión del tema. Ganó el Premio Goncourt con Los mandarines (1954).

La luz de De Beauvoir se apagó    el 14 de abril de 1986, en París. “El sepelio fue acompañado por 5 mil personas, en su mayoría mujeres que llevaban claveles rojos y emblemas del movimiento de liberación de la mujer”, relatan los periódicos de la época.

Sus restos están en el cementerio de Montparnasse, en la misma tumba de su compañero Jean Paul Sartre, quien murió en 1980.

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