El libro tiene una serie de estudios que van desde los primeros hallazgos hasta los recientes estudios sobre Tak’alik Ab’aj, ubicado en el municipio del Asintal, Retalhuleu. “Hay que considerar que este territorio fue de importancia estratégica para Mesoamérica. Podría decirse que fue un puente entre las transiciones generacionales de gobernantes en el lugar. Es una interesante fusión entre la cultura Olmeca y Maya temprana”, agrega Schieber.
Los investigadores explicaron que la publicación es solo una parte del trabajo que se hace en el sitio. “Los esfuerzos están enfocados a terminar el museo que albergará las piezas encontradas. Es una forma de devolverle la identidad a la población”, explicaron.
Patrimonio
Otro de los objetivos, según los expertos, es seguir con los trámites para convertir el lugar en Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. “Tenemos todo para lograr este objetivo. La ciudad simplemente ofrece su historia. Los vestigios indican la importancia que tenía este sitio, era un lugar espiritual, que aún mantiene su esencia”, indican. Para lograr este objetivo, agregan, se debe tener la infraestructura y completar el museo como parte de esos grades pasos.
Investigadores explican la importancia del sitio arqueológico Takalik Abaj pic.twitter.com/QFxTWGqOj1
— Ángel Elías (@AngelEliasGT) March 31, 2016
El sitio
Por su ubicación estratégica, Tak’alik Ab’aj floreció cultural y económicamente en los períodos Preclásico y Clásico, desde el siglo IX a.C. hasta por lo menos el siglo X d.C. Los hallazgos obtenidos lo señalan como uno de los mayores yacimientos de monumentos esculpidos en la costa del océano Pacífico.
El nombre de este lugar significa Piedra Parada —en k’iche’— y una de sus principales características es que en él han sido localizadas esculturas propias de la civilización olmeca.