“Una lágrima”: La historia del maestro Moraga y la marcha que marca un siglo de devoción familiar
Hace más de 100 años, Manuel Moraga escribió la marcha “Una lágrima”, que cada Jueves Santo acompaña a Jesús de Candelaria. La familia del artista continúa presente en esta tradicional procesión y busca el rescate histórico de los aportes de Moraga.

Jesús de Candelaria, es la talla más antigua de la cual se tiene conocimiento. También es conocido como el Nazareno de la Serena Mirada. (Fotografía Prensa Libre: Byron Rivera Baiza)
Una lágrima es una marcha que se interpreta cada Jueves Santo en el templo de Candelaria, en la salida, frente al Palacio de la Cultura y en la entrada de la procesión. La marcha oficial de Jesús de Candelaria desde 1931 es obra del maestro pianista Manuel Enrique Moraga Cospín, un músico civil que nació el 12 de julio de 1860 en el barrio de Jocotenango y falleció el 24 de octubre de 1924.
Fue uno de los filarmónicos más reconocidos de su tiempo. Creció en un ambiente lleno de arte. A los 14 años ya existen registros de su nombre en el ámbito artístico y manifestó una vocación filantrópica.
Germán Alcántara, Fabián Rodríguez y Rafael Álvarez Ovalle fueron compañeros de Moraga. Este selecto grupo se formó bajo la dirección del músico alemán Emilio Dressner.
Martín Urrutia, bistataranieto del maestro Moraga, comparte que la familia mantiene el amor por Jesús de Candelaria y continúan la tradición como devotos cargadores.
“Tenemos más de 100 años de historia familiar de vivir cada Jueves Santo y tenemos la fortuna de tener en vida a mi bisabuela Lidia Amparo Moraga González, hija de Francisco Javier Moraga, hijo del compositor”, comparte.

La historia de Una lágrima
Moraga fue desde joven devoto a Jesús de Candelaria. Escribió la marcha en 1924, el mismo año de su muerte.
Fue junto a su hijo Francisco Javier y, al estar frente a la imagen de Jesús de Candelaria, se conmovió profundamente y derramó una lágrima. Al regresar a casa, prometió a sus hijos que compondría una pieza dedicada a la imagen.
José Luis, uno de sus hijos, se encargó de seguir sus instrucciones de entregar la marcha al templo de Candelaria. “El maestro Moraga quería acompañar a la imagen y darle una pieza que acompañara a Dios y que fuera digna de un rey”, expresó la familia.
Lidia Amparo Moraga González, nieta del compositor y quien actualmente tiene 95 años, recibió en 2024 un reconocimiento por la Hermandad de Jesús de Candelaria, a nombre de la familia Moraga, al cumplirse 100 años de la creación de la marcha.

La consagración de la imagen de Jesús de Candelaria tuvo lugar en 1917. En ese entonces, Juan Bautista Arce Noriega era presidente de la Sociedad de Jesús de Candelaria, y se tiene registro de que Moraga figuraba como parte de la junta directiva y promovieron la consagración de la misma.
En búsqueda de más registros
Urrutia comenta que muchas de las marchas de Moraga se perdieron con el tiempo. Incluso, archivos familiares desaparecieron por razones políticas.
Una editorial española llamada Cantilena y Pierri publicó un vals titulado Ámame, el cual fue premiado en París en 1888.
Varias de las piezas del maestro están publicadas por esta editorial. En mayo de 2025, la familia viajará para rescatar composiciones que se encuentran en la Biblioteca Nacional de Madrid.
“Estamos en búsqueda de recuperar estos materiales y honrar al maestro Moraga”, dice Urrutia.
Moraga también fue fundador de las cuatro ediciones de la revista Juventud Musical, una publicación cultural en la que participaron también Germán Alcántara, Fabián Rodríguez y Rafael Álvarez Ovalle.
