Entre más sofisticados y más funciones ofrezcan estos aparatos, más entusiasmado se sentirá el pequeño, afirma la orientadora familiar y psicoterapeuta Elena Viau de González. Sin embargo, los padres deben centrarse en su rol de educadores, no satisfacer sus caprichos y explicar los motivos, si así fuera, por los que consideran inoportuno adquirir el aparato, ya sea por razones económicas o si piensan que aún no es responsable de tenerlo.
Lo más importante es analizar si son buenos ejemplos en el uso correcto del dispositivo, para estar anuentes a guiar y educar a su hijo.
Opciones
Si el objetivo es que el móvil sirva solo como medio de comunicación, en caso de emergencia, lo aconsejable es obsequiarle uno de bajo nivel y costo, explica el experto en tecnología José Andrade, de Chocomango. Pero si se desea que el niño se entretenga o busque contenidos en internet como herramienta que estimule el crecimiento intelectual —juegos, acertijos, aplicaciones pedagógicas o libros interactivos, entre otros— se puede elegir teléfonos inteligentes.
En algunos modelos de estos se puede restringir el contenido, como la compra y uso de aplicaciones, navegación en internet y control de cambios en ajustes, mediante un código, lo que funciona como método de control, añade Andrade. Además, se puede activar el GPS, si el niño llegara a extraviarse.
Las ventaja es saber dónde están los hijos y mantener una constante comunicación con ellos a través de mensajes de texto o aplicaciones como Whatsapp, refiere Rodrigo Gallagher, mánager digital de DMM by Solución Web.
Saberlos usar
La pantalla touch estimula la motricidad fina del pequeño, facilita la exploración de contenido, desarrolla la independencia y es fácil de manejar a cualquier edad, dice Gallagher.
En el mercado existen algunos a prueba de agua o con protectores contra golpes, entre otras características adicionales, lo que los hace duraderos, agrega.
Gallagher desaconseja celulares con cámaras muy avanzadas o programas que no estén al nivel del niño. Otra desventaja es que puede ver información no acorde a su edad, como juegos, películas, videos, fotografías o chats para adultos.
Es fundamental recordar que sin el debido control y ejemplo de los padres, el uso del móvil por el niño puede convertirse en un fuerte distractor de sus tareas, puntualiza Viau.