Sus inicios datan del Antiguo Egipto. Servían para recoger el sudor. En la actualidad se utilizan cuando hace menos de 10 grados. En la China antigua, eran utilizadas para identificar el rango de los guerreros. Fueron los muy rebeldes croatas en Francia los que las pusieron de moda, dando lugar, después, a la corbata, según el sitio abc.es
Los mercenarios croatas popularizaron la bufanda en la Francia de Luis XIII
Pero la bufanda actual tiene su cuna en Inglaterra, puesto que se presupone que en un 80 por ciento de los casos se trata de una prenda de lana. De punto grueso o de fino tejido, protegen el cuello del invierno. Los sikhs, en la India, la usan de turbante.
Los árabes la utilizan de keffiyeh. El caso es que siempre cumple un rol protocolario en otras civilizaciones. La bandana, procedente del estado de Gujarat, en el noroeste de la India, es otra de sus versiones.
Esta prenda se incorporó a la moda a principios del siglo XX
Las bufandas de equipos de futbol o de escuelas inglesas son todo un símbolo. También ha habido significativas versiones en el cine, como las bufandas en Love Story o en Harry Potter.
Actualmente, cualquier marca que se precie ofrece una variedad impresionante de bufandas para ellos y ellas. Missoni, Vuitton, Gucci, Etro, Dior o Prada, no dudan en crear estilos de esta prenda.
De Oriente a Occidente, des de el 4 mil A. de C. hasta el 2014, sigue funcionando. La bufanda es una máquina de hacer dinero y de ahorrarnos resfriados. Hay varias maneras de llevarla. Suelta, en los dos lados, o con el nudo francés, son las opciones más elegantes. El nudo francés consiste en hacer un hueco en el doblez de la bufanda, para incluir dentro las dos tiras.
Los escoceses se han hecho reyes del “mambo” de la bufanda. Con la mejor lana, los telares más sofisticados y los mejores dibujos –siempre con el clan en mente– han declinado el artilugio hasta llevarlo a cotas impensables. Una bufanda es hoy uno de los mejores regalos para ellos y ellas en la época de fin de año.