Este es un encuentro “ideal para mostrar como el ser humano a lo largo de la historia ha empleado técnicas de manipulación del cuerpo, pigmentos, plumas, hojas y los más variados accesorios para comunicar otros sentidos de identidad, sentidos de percepción estética”, dijo el antropólogo Pedro Rivas.
Pintura, sellos y cicatrices en la piel, zarcillos e incluso modificaciones de músculos y huesos han servido para amalgamar etnias, distinguir grupos sociales, así como difundir información sobre los miembros de una sociedad tales como “la identificación de un genero, cierto rango de edad, si somos jóvenes o somos ancianos, ciertos oficios u ocupaciones” , agregó Rivas.
David Aranguren, un destacado aerógrafo y artista con más de 20 años de experiencia, coincidió en que la manipulación del cuerpo “sigue siendo fuente de inspiración y un instrumento para perpetrar aquello que nos une, que nos define” .
Aranguren presentó junto a otros 11 artistas una muestra de su arte en la que recreó un cuento mítico sobre el origen de la etnia warao con los cuerpos de varios actores pintados y adornados con hojas verde esmeralda así como plumas naranja y azules con formas naturales, similares a las de los guacamayos.
En el encuentro, que cuenta con el apoyo gubernamental, participan pintores, diseñadores y especialistas en modificaciones corporales de Australia, Austria, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, España, Japón, Luxemburgo, Italia, México, Polonia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Venezuela.
También se incluyó el espectáculo coreográfico del Polonia Art Color Ballet, un atrevido crisol de luces de neón y formas geométricas proyectadas sobre las vestimentas fluorescentes de sus bailarines, así como el estilo extravagante del artista luxemburgués Mike Shane, quien derramó pintura sobre una modelo.
“El cuerpo es un lienzo tan versátil, que no se limita al erotismo como muchos creen … el cuerpo es un lienzo con posibilidades infinitas” , expresó el artista plástico venezolano Iván Hernández Rojas.