Del corsé con senos cónicos de Madonna a los increíbles vestuarios punk o las sirenas con vestido de novia, la exposición presenta unos 130 modelos nacidos de la imaginación visionaria de Gaultier en los últimos 40 años.
La exhibición incluye fotos, entre ellas la de su abuela que lo inició en la moda con sus corsés, así como dibujos, perfumes y su oso de peluche Nana, víctima de sus primeros torpes ensayos cuando tenía seis años.
Feliz de estar en Nueva York -“Admiro Estados Unidos” , dijo-, Gaultier, de 61 años, quien al principio se mostrado hostil a esta nueva “aventura” lanzada en Montreal en junio de 2011 en el Museo de Bellas Artes.
“También se puede aprender mucho en los museos, que pueden ser una inspiración” , afirmó.
La muestra está a la altura de su talento, muy lejos de una simple presentación de ropa.
El visitante es recibido por un maniquí de Gaultier sonriente que habla con la voz del modisto y cuyos ojos y labios se mueven gracias a una proyección de video de alta definición en tres dimensiones.
Otros 30 maniquíes diseminados en varias salas lo imitan, riendo y comunicándose con el visitante. Algunos se desplazan como en un desfile y otros giran sobre sí.