Los diseños de Aziz, belga de origen marroquí, son versátiles, se adaptan a los deseos de sus portadoras, que pueden efectuar a lo largo del día variaciones en las prendas mediante partes extensibles.
“La marca Azira reivindica los derechos de las mujeres a disponer de su cuerpo, a mostrar o cubrir lo que quieren sin interferencias ni presiones”, indicó Rachida Aziz, nacida en Amberes pero establecida en la capital belga desde los 15 años.
“Que se la mujer la que decide si quiere cubrir su pelo o no en un momento determinado, por ejemplo”, agregó la diseñadora, que dirige parte de sus ventas a un público musulmán, aunque no exclusivamente.
Personalidades como la reina Matilde de Bélgica se han acercado a la tienda de esta marca bruselense atraída por la aproximación sin prejuicios al mundo de la moda que esta activista ofrece.
“Durante un periodo de mi vida elegí llevar el pañuelo y viví la exclusión en la educación o el trabajo, una circunstancia que me convirtió en militante”, agregó Aziz, que con anterioridad fue asistente social.
Sudaderas deportivas con velo islámico, faldas regulables, leggings o pantalones pegados al cuerpo, cinturones de cuero, bolsos de rayas y chales de tonos pasteles son algunas de las prendas que más vende.
“Diseñamos ropa que responde a las necesidades de mujeres reales y en nuestras campañas hay modelos de cualquier talla, color y convicción, no solo chicas blancas y delgadas”, dijo Aziz.
La firma trabaja con dos talleres, uno en Bruselas y otro en Casablanca, Marruecos, que ofrecen formación, limitan el trabajo a siete horas diarias, y pagan salarios elevados “Algo raro en este mundo”, valoró la modista. “A veces los pedidos no llegan a tiempo, pero no presionamos a nadie, sino que esperamos”, añadió.
Aziz, de 42 años, anunció que la colección que prepara para esta temporada recibe la influencia del nuevo teatro popular marroquí, un movimiento que en la actualidad se centra en temas como los derechos de las mujeres.
Turbantes, vestidos con capucha y tonos rosas son los escogidos por la diseñadora para esta primavera, que reafirma en su nueva producción el lema de su casa: “ropa ética para una mujer libre y segura de sí misma”.
La diseñadora complementa las ventas con conciertos en su tienda, exposiciones de pintura e incluso karaokes en los que invita a los bruselenses a conocer la filosofía de la marca.
Uno de sus campañas es Mi elección, no la tuya, en la que recoge testimonios de varias mujeres que rechazan un modelo único de feminidad.
“Parece que tenemos que estar a disposición de la belleza, perfectas en cualquier ocasión”, valoró.
Concebida para ser viral y participativa, la campaña acumula imágenes de mujeres que, por ejemplo, manifiestan que quieren mantener sus símbolos religiosos, aunque también de hombres que luchan contra la discriminación.
“Creo que esta sociedad no será libre mientras permita hacer juicios de valor sobre las elecciones de una mujer”, indicó Aziz.