Rebeldía
Símbolo de la tradición de Escocia, cuyos clanes se diferenciaban por el estampado y los colores de sus kilts, y posteriormente adoptado con rebeldía punk en los años 70, el tartán regresa de vez en cuando a las pasarelas, especialmente a los desfiles de los diseñadores Jean Paul Gautier o Vivienne Westwood, que han hecho de los característicos cuadros su tela fetiche.
Esta temporada, el estampado lo reivindican las firmas que se inspiran en esa década, como Chloé, Altuzarra, Chanel o Nina Ricci.
Del otoño a primavera
El director creativo de Chanel, Karl Lagerfeld, es de los que más fuertemente ha apostado por la tendencia, que en las prendas de la marca francesa adopta grises, rojos y negros para el invierno y se tiñe con celestes, lilas y rosas para el verano.
En la colección de prêt-à-porter otoño/invierno de 2015/2016 de la casa francesa, los cuadros toman el protagonismo en faldas cortas de tonalidades marrones, o bajo la rodilla con cuadros rojos y negros, combinadas con abrigos con el mismo estampado o formando conjuntos completos, de suéter, falda y chaqueta, en blanco y negro, que parecen trazados con escuadra y cartabón.
Para la primavera/verano del 2016, Lagerfeld apuesta por reinventar el estampado con cuadros que alargan sus aristas por toda la prenda en colores vivos como el rosa y el verde lima, un entramado de rayas que también decoraba las viseras que lucían algunas modelos sobre la pasarela de París.
Punk
El diseñador Philip Lim llevó los cuadros, en forma de tartán o en miniatura, a su colección para la actual temporada, en unas prendas que se limitan a los tonos grises, rojos, negros y granates en vestidos, pantalones o abrigos donde el estampado es el gran protagonista.
La firma Alexander McQueen exprimió el lado más rebelde del tartán en su colección “pre-fall 2016”, con faldas similares a las escocesas que parecen amarrarse al cuerpo y chaquetas que, en vez de con botones, unen su parte frontal con una tira diagonal para evocar los kilt más tradicionales, donde la tela sobrante de la falda se pasaba sobre el hombro.
Al mismo tiempo, McQueen nombraba a su colección como “Riot Girls” (las chicas de los disturbios, en castellano) para remarcar el espíritu transgresor de un tejido que mezcla tradición y modernidad.
Tableros de ajedrez
La firma española de ropa Blanco también ha hecho de los cuadros su bandera esta temporada y, bajo la firma de su nueva directora creativa, Amy Molyneaux, hace el tartán protagonista de una colección que tampoco se olvida de los cuadros vichy.
Para esta marca, un pantalón rojo de cuadros con cremalleras pierde parte de su rebeldía y se equilibra si se combina con una camisa blanca con un lazo negro al cuello, constituyendo un perfecto estilismo lady, al que se le puede devolver un poco el espíritu insurrecto con un perfecto de cuero.
Los abrigos, las bufandas y los vestidos -cortos o largos y con mangas- cuadriculan la silueta en blanco y negro, de la cabeza a los pies.
Tommy Hilfiger también rescata los cuadros esta temporada, en rojo y verde, dos colores navideños que se combinan con el negro en las telas cálidas de los abrigos.
Dior pone el estampado de la temporada sobre vestidos de manga corta en negro y rojo, pero opta por desdibujar ligeramente los cuadros gracias a los tejidos de efecto pelo.
Abrigos
La firma Desigual lleva los cuadros a los abrigos, Timberland lo pone en bolsos, Pepe Jeans, en cazadoras y las marcas Etam y Chantal Thomass convierten en sexy el invernal estampado, haciéndolo protagonista de sus piezas de lencería.
La marca Paul Smith lo introduce a retazos en el calzado, en tonos tierra, en unos botines de tacón en beige. Topshop también deja de lado la combinación más punk, negro y rojo, y opta por rememorar los años setenta con trajes con pinzas en tonos neutros, con cuadros formados por líneas finas y elegantes, un estilo también adoptado en la colección otoño/invierno de Acne Studios.
Mango, en cambio, opta por las diferentes tonalidades de azul para dar vida a abrigos y pantalones a cuadros.