Las modelos de porte indígena están lejos de ser las clásicas maniquís de revistas internacionales, pero sus figuras lucían imponentes con polleras o faldas de pliegues anchos y largos, así como blusas delicadas, acompañadas con mantas con bordados llamativos.
Las mujeres rescataron al corsé y no faltaron las enaguas de finos encajes hasta más abajo de las rodillas. “Las cholitas también tienen que sentirse sexis y hermosas. Al mismo tiempo que elegantes” , dijo la diseñadora Rosario Aguilar, de Promociones Rosario, organizadora de la muestra.
El desfile celebrado el viernes pasado en la noche contó con la participación de 25 modelos de porte indígena. “Nuestro modelaje no es el común, nuestra cultura es diferente y respetándola queremos demostrar que un cholita puede estar sexi, hermosa, y elegante” , dijo Aguilar.
“Los modelos que ahora mostramos son más livianos, menos gruesos que dejan que la mujer de pollera pueda estar a la altura de las tareas diarias” , agregó. El desfile realizado por novena ocasión tuvo este año el título de: Desfile de Modas Chola Paceña Tradición Nuestra en el Siglo XXI.
La industria de los vestidos femeninos tradicionales mueve anualmente millones de dólares en Bolivia ya que además de su ropa con telas importadas de China, Estados Unidos y otros países, las mujeres andinas o cholitas ostentan joyas de más de 1.000 dólares. La Paz la declaró la semana pasada a la cholita paceña, Patrimonio Cultural local.