Este impuesto sobre las bebidas azucaradas ya está vigente en países como Francia desde el año pasado, cuando el Gobierno de Nicolas Sarkozy aprobó una tasa de entre tres y seis céntimos de euro por cada litro.
Estos países, también, han entablado una guerra directa contra la obesidad, ya que al realizarse los Juegos Olímpicos, la Academia de los Reales Colegios Médicos, pidió que se prohibieran el patrocinio en eventos deportivos de firmas de comida rápida como McDonald´s y Coca Cola.
En Nueva York, el próximo 13 de septiembre también se votará por una ley que prohíba la venta de refrescos de tamaños extragrande (más de medio litro) en restaurantes y establecimientos de consumo.
Por otro lado, en Dinamarca, desde el 1 de octubre de 2011 se aplica una tasa especial apra aquellos productos que contienen más de 2.3 por ciento de grasas saturadas, lo que implicó el aumento de los precios en hamburguesas y comida rápida.
Los dulces también han entrado en la lista negra, ya que pretenden establecer impuestos especiales en helados, chocolates y dulces de todo tipo.
El presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, Felipe Casanueva, explica que este tipo de alimentos y bebidas forman parte de una serie de malos hábitos que incentivan el sobrepeso, por lo que ve con buenos ojos que se apliquen medidas impositivas.
Con información de www.elpais.com