Es importante, al empezar el día, desayunar y evitar que el “corre corre” sabotee este tiempo de comida, pues varios estudios han demostrado que si no se desayuna, luego se tiende a comer más durante el día.
También se recomienda beber entre 8 y 13 tazas de líquido al día y vigilar las porciones de lo que se come. Una solución práctica para esto es usar platos pequeños, y no comer más de esa cantidad en cada tiempo.
Evitar los dulces únicamente para días especiales, como celebraciones, e incluir en el plato abundante color, mediante la ingesta de frutas y verduras. Estas se deben consumir diariamente, variándolas para no aburrirse.