Las alfombras son elementos decorativos que siempre están expuestos a mancharse y a acumular malos olores.
Es imprescindible pasar una vez por semana el aspirador por las alfombras para retirar el polvo acumulado. Si se deseas una limpieza más profunda, esparcir sal fina por toda la alfombra y dejarla por una hora. Luego retirarla con el aspirador, para mejorar tanto la textura como el color del textil.
Para eliminar una mancha, hay que hacerlo cuando aún de inmediato, sobre todo si se trata de un líquido.
Si la mancha permanece, se puede usar algún líquido con burbujas (agua con gas o bicarbonato), dejarlo actuar sobre la zona durante unos minutos y secarla con un trapo limpio.
También se puedes limpiar la alfombra con una mezcla de agua tibia con detergente y vinagre, y retirar los restos con un trapo para dejar secar. Para hacer este tipo de limpieza, hacerla con movimientos que vayan de afuera hacia dentro para evitar que se extienda la mancha.
Estas técnicas sencillas ayudan a eliminar manchas comunes de café o comida. Si la mancha es más compleja, se deberá acudir a un experto para que te proporcione una solución más profesional.
Para eliminar los malos olores, espolvorear la superficie con bicarbonato y dejarlo actuar como mínimo cuatro horas, y luego, aspirarlo.