Salud y Familia

La infertilidad se puede tratar con éxito

Tener un hijo es para muchas parejas su máximo sueño, razón por la que cuando la cigüeña aún no llega, la tristeza o estrés empiezan a apoderarse de sus vidas; la palabra infertilidad tiende a ser muy temida, porque se desconoce que cada vez aumenta el número y efectividad de los tratamientos.

Es importante tener claro que la etapa reproductiva de la mujer empieza con la primera menstruación (menarquia) y finaliza con la menopausia (ausencia de menstruaciones). Después del inicio de las menstruaciones se requiere un período de tiempo para que el sistema “madure” y las menstruaciones se hagan regulares e inicie el proceso normal de la ovulación.

“A partir de los 30 años la fertilidad comienza a declinar, y sufre una declinación importante a partir de los 35 años, momento en el cual también aumentan las dificultades para lograr un embarazo. Por lo tanto, desde el punto de vista puramente biológico, la etapa ideal para tener hijos, en el caso de la mujer, es entre los 20 y los 35 años”, señala el ginecólogo Juan Francisco Solís, del Centro de Fertilidad Santa María.

El hombre empieza a ser fértil a partir del desarrollo sexual (aparición de caracteres sexuales secundarios como vello púbico, agrandamiento del pene y primera eyaculación) y deja de serlo al final de su vida. Aunque no existe un cese absoluto de la fertilidad en el hombre, después de los 50 años la calidad espermática va disminuyendo y también la probabilidad de anomalías congénitas en los niños aumenta también con la edad del varón.

Desde el punto de vista médico se considera infértil a una pareja que no logra concebir después de 1 año de tener relaciones sexuales frecuentes sin protección, añade Solís.

Causas

En el 35 por ciento de los casos de infertilidad está en las Trompas de Falopio (mujer). Estas son una prolongación del útero que funcionan de tal forma que es aquí en donde sucede la fertilización (unión del óvulo y espermatozoide). Estas pueden estar tapadas o ser no funcionales.

Otro 35 por ciento es el factor masculino, específicamente en la calidad espermática. Las causas de esto puede ser antecedentes de parotiditis (paperas) complicada con una orquitis (inflamación de los testículos), antecedente de testículos no descendidos al nacimiento, infecciones genitales o exposición a químicos. En otros casos no se encuentra la causa de la disminución en la calidad espermática.

 

La infertilidad es un problema que debe tratarse en pareja, ya que es una responsabilidad de ambos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

También hay un 20 por ciento de los casos que se debe a disfunción hormonal, como en síndrome del ovario poliquístico; y en un menor porcentaje hay problemas hormonales como hipo o hipertiroidismo o hiperprolactinemias. También por disfunción eréctil o vaginismo.

Diagnóstico

La primera línea de consulta debe ser con el ginecólogo, quien se encargará de hacer la evaluación inicial para determinar si hay o no infertilidad. Luego, el médico debe sugerir, si lo considera, una serie de exámenes, entre estos, un espermograma (medición de densidad y calidad de esperma), un perfil hormonal, un histerosalpingograma (prueba radiográfica utilizada para examinar los órganos reproductores) y un estudio del ciclo menstrual.

Después de la evaluación inicial, el ginecólogo general propondrá algún tratamiento.

Opciones de tratamiento

  • Entre los  tratamientos está la estimulación ovárica, que consiste en la estimulación de la ovulación con preparados hormonales, que se administran por vía oral o inyectados.
  • También están las Técnicas de Fertilización Asistida (TFA); son un grupo de tratamientos que tienen como objetivo primordial lograr el embarazo en parejas infértiles. Estas  tienen en común la extracción de óvulos de la paciente, fertilizarlos con el esperma de la pareja para luego transferir los óvulos ya fertilizados y en división (embriones) al útero.
  • Además, la  Fertilización in Vitro que consiste en que  mediante la administración de medicamentos especiales (gonadotropinas) se provoca una hiperestimulación ovárica. Cuando los folículos están maduros (después de unos 10 días de estimulación), se aspiran por vía vaginal para luego ponerlos a interactuar con los espermatozoides en una incubadora especial.
  • Inyección del  espermatozoide en el óvulo (ICSI).  Se inyecta directamente un espermatozoide sano y móvil dentro de cada uno de los óvulos que se han obtenido.

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