Salud y Familia
Diciembre y emociones: por qué esta época intensifica recuerdos, alegría y nostalgia, según la psicología
Al cerrar el año, las emociones se intensifican y los recuerdos cobran fuerza. La psicología explica por qué todo se vive con mayor intensidad durante las fiestas.
La Navidad es un momento de reflexión que puede generar conflictos emocionales entre alegría y nostalgia. (Foto Prensa Libre: Freepik)
La llegada de diciembre y el desarrollo de las celebraciones de fin de año hacen que algunas personas experimenten las emociones con mayor intensidad. Para algunos, esto genera alegría por haber concluido un año lleno de retos; para otros, nostalgia al dejar atrás vivencias, personas y sueños.
La psicología explica que esto se debe a que, en estas fechas, las familias suelen reunirse y fortalecer sus vínculos afectivos, lo cual provoca que ciertas emociones y recuerdos generen nostalgia, al sentirse cuidado por las atenciones recibidas durante estas celebraciones.
El portal de la Universidad EAFIT destaca que estas emociones son una respuesta natural a los estímulos sociales y culturales que rodean la temporada festiva, ya que, para muchas personas, diciembre no es solo un mes de fiestas, sino un momento de pausa que permite mirar hacia adentro y conectar con emociones que durante el año se mantuvieron en segundo plano, comparte la psicóloga clínica Mónica Mayorga.
Desde la psicología —agrega Mayorga—, se entiende que el cierre del año tiene un impacto emocional profundo, incluso físico. La psicóloga Luisa Ruano señala que estos efectos se deben a la llegada de tradiciones, la convivencia y las demostraciones de cariño, que activan la memoria emocional vinculada con la infancia y las costumbres familiares.
La psicóloga Ximena Fuentes resalta que al reencontrarse cada año con los mismos estímulos, el cerebro conecta el presente con experiencias pasadas, tanto agradables como dolorosas.
Ruano también indica que estas emociones están influenciadas por la disminución del estrés cotidiano —del trabajo, los estudios o los compromisos—, lo cual permite más tiempo de calidad, relajación y reconocimiento familiar.
¿Por qué diciembre nos hace sentir más?
Durante esta época, explica Ximena Fuentes, se combinan varios factores psicológicos que propician estas sensaciones:
- Cierre de ciclo: el fin de año invita a evaluar lo vivido, lo logrado y lo pendiente.
- Expectativas sociales: se refuerza la idea de “deber estar bien”, “deber compartir” o “deber celebrar”.
- Comparación interna y externa: se contrasta la realidad actual con años anteriores o con una imagen idealizada.
- Mayor contacto familiar: fuente de apoyo, pero también de posibles tensiones no resueltas.
El cuerpo también recuerda
Las emociones no viven solo en la mente, destaca Mayorga, ya que el cuerpo responde a fechas, rutinas y estímulos que ha registrado previamente.
Un aroma, una comida o una reunión específica pueden activar recuerdos emocionales sin necesidad de palabras. Esto hace que, en diciembre, muchas personas experimenten cambios en su estado de ánimo sin una causa clara. “No siempre sabemos qué recordamos, pero sí sentimos el efecto”, agrega la experta.
La evaluación de logros como detonador emocional
Para quienes hacen una reflexión consciente del año, la nostalgia y la tristeza pueden aflorar con mayor facilidad. Mayorga resalta que el final del año invita a evaluar lo vivido: lo que se logró, lo que se postergó, las decisiones tomadas y las que no pudieron concretarse.
Este proceso puede generar orgullo, pero también culpa, frustración o tristeza, en especial cuando se percibe que se dio más de lo recibido, o cuando ciertos cierres no llegaron como se esperaban.
Aspectos positivos de la introspección en diciembre
Cuando se vive de forma consciente, esta reflexión puede ser muy beneficiosa, según Fuentes. Por ello, recomienda:
- Favorecer la gratitud por lo vivido y aprendido.
- Reforzar los vínculos afectivos mediante el encuentro y la memoria compartida.
- Aumentar la motivación para establecer metas realistas para el nuevo año.
- Facilitar procesos de cierre emocional, perdón o aceptación.
- Brindar un espacio simbólico para reconectar con valores personales y familiares.

Riesgos emocionales o efectos negativos
Aunque recordar puede ser positivo, también puede detonar emociones difíciles, propias del cierre de ciclo. Entre ellas:
- Nostalgia intensa por personas ausentes, duelos no resueltos o cambios vitales.
- Sensación de fracaso por metas no cumplidas.
- Presión por cumplir expectativas económicas, familiares o emocionales.
- Aumento de ansiedad, tristeza o soledad, especialmente en quienes atraviesan pérdidas o rupturas recientes.
Consejos para cuidar la salud emocional en estas fechas
Las especialistas recomiendan:
- Respetar el propio ritmo emocional.
- Reducir compromisos que generen desgaste.
- Bajar las expectativas: no todas las Navidades son iguales, y está bien que así sea.
- Crear espacios de calma y conexión personal.
- Hablar de lo que se siente con personas de confianza.
- Buscar acompañamiento profesional si el malestar se intensifica.

