Quienes hacen jogging, aeróbicos o tenis de competencia —un ejercicio intenso durante 30 por ciento de su entrenamiento semanal— tienen una tasa de mortandad de 9 a 13 por ciento más baja que los que hacen ejercicio moderado, como nadar, tenis social o tareas domésticas.
“Los beneficios de una actividad vigorosa valen para hombres y mujeres de todas las edades, independientemente del tiempo total que hayan estado en actividad”, dijo el director de la investigación, Klaus Gebel del Centro para la prevención de enfermedades crónicas de la Universidad James Cook.
El investigador advirtió, sin embargo, que “quienes tienen alguna limitación médica, personas de la tercera edad y los que nunca realizaron una actividad física intensa o ejercicio, siempre es importante consultar a un médico”.
Para mejorar y mantener su salud bastan 30 minutos de actividad física de intensidad moderada cinco días por semana, según la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, esto no significa que la actividad física deba realizarse siempre durante 30 minutos seguidos.
Puede irse acumulando a lo largo del día: por ejemplo, 10 minutos de caminata a paso rápido tres veces al día, o 20 minutos por la mañana y otros 10, más tarde. Estas actividades pueden incorporarse a sus rutinas diarias: laborales, escolares, domésticas o lúdicas.
Gestos simples como subir por las escaleras, ir al trabajo en bicicleta o salir del autobús dos paradas antes de su destino final y hacer el resto del trayecto a pie van acumulando actividad física a lo largo del día y pueden formar parte de las actividades diarias.
Aunque se esté muy ocupado siempre puede encontrar en sus rutinas diarias 30 minutos para realizar una actividad física que mejorará la salud.
Al menos un 60 por ciento de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud. La inactividad física es un factor de riesgo independiente y modificable de enfermedades como diabetes, hipertensión y cáncer.