El estudio, que analizó los datos de más de dos millones de mujeres en EE.UU., comenzó con la primera generación de mujeres fumadoras entre los años 50 y 60.
En esos primeros años, las mujeres que fumaban tenían casi tres veces más probabilidades de morir de cáncer de pulmón que las personas que nunca habían fumado, mientras que las fumadoras en los años 2000-2010 eran 25 veces más propensas a la enfermedad que la gente que no fuma.
“El fuerte aumento en el riesgo entre las mujeres fumadoras ha continuado durante décadas después de que ya se fuese consciente de los graves riesgos de salud que causa fumar, y a pesar del hecho de que las mujeres principalmente fuman cigarrillos bajos en nicotina”, explicó Thun.
“El uso de las marcas de cigarrillos comercializados como light o suave no solo no logra evitar un aumento en el riesgo en las mujeres, sino que también puede haber exacerbado el aumento de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica en los fumadores masculinos, ya que el humo de estos cigarrillos diluido se inhala más profundamente en los pulmones de los fumadores”, dijo.
Una investigación publicada el año pasado aseguró que las mujeres fumadoras viven 10 años menos que aquellas que no lo hacen.
Sin embargo, aquellas que dejaron de fumar antes de los 30 años evitan casi por completo el riesgo de muerte por enfermedades relacionadas con el tabaco.
Según el estudio, el riesgo relativo de muerte por enfermedad pulmonar obstructiva crónica para los hombres continua aumentando, aunque el dejar de fumar a cualquier edad reduce drásticamente las tasas de mortalidad.
“En conclusión, se han producido grandes aumentos persistentes de los riesgos de fumar relacionados con las muertes de fumadores de cigarrillos femeninos durante el último medio siglo, en términos relativos, los riesgos para las mujeres ahora son iguales a los de los hombres”, concluyó el equipo de Thun.