Los resultados mostraban que aquellos modelos animales que expresaban una mayor cantidad del receptor a nivel cerebral eran más delgados y tenían una mayor facilidad para desarrollar diabetes.
Estos hallazgos abren una nueva vía de investigación al sugerir que este receptor podría ayudar a desarrollar fármacos contra la diabetes.
La existencia de este receptor de lípidos era conocida en tejidos inmunes como el bazo o la médula ósea, pero hasta ahora no se conocía su presencia en la zona cerebral relacionada, entre otras cosas, con el control de la ingesta de comida.
El grupo de investigadores continúa en esta línea de trabajo para profundizar en el conocimiento del papel que juega este receptor en la diabetes y en cómo su activación o bloqueo pudiera ser utilizado para tratar la obesidad y diabetes asociada.
Las líneas de investigación de este grupo incluyen el estudio de este receptor y otros relacionados -como el GPR55- en el funcionamiento de los islotes pancreáticos (las unidades funcionales responsables de la secreción de insulina) en la diabetes, con vistas a buscar nuevas vías terapéuticas que complementen a las actuales.