Debido al aumento del tamaño del útero y la acción de las hormonas, las embarazadas tienen una digestión más lenta y pesada, por tanto en lugar de hacer comidas demasiado abundantes, la recomendación es la de ingerir raciones más pequeñas varias veces al día.
Para prevenir el aumento de peso excesivo hay que evitar los alimentos ricos en grasas, así como los alimentos demasiado salados y azucarados. Carnes menos grasas como el pavo, el pollo o el pescado y las comidas caseras antes que las de elaboración industrial.
En cuanto al pescado y al marisco, que siempre están presentes en las mesas navideñas, está prohibido en el embarazo el consumo de pescado o marisco crudo o poco cocinado para evitar el riesgo de intoxicaciones o infecciones debido a los parásitos que puede tener el pescado crudo, como es el caso del anisakis.
La prohibición también se extiende al pescado o marisco ahumado, salado, en vinagre o marinado, que tampoco han sufrido procesos de cocción.
En cuanto al alcohol, ni una gota. No hay una dosis segura para el feto, incluso “una copita para brindar” podría afectarle.
Por último, algunas recomendaciones para mejorar la digestión. Mastica bien los alimentos, procurar no tomar bebidas con gas y esperar al menos dos horas para irte a dormir.
Extraido de http://www.bebesymas.com