El número de casos reconocidos clínicamente es menor a la verdadera frecuencia de estos tumores, ya que se sabe que cerca del 70 por ciento de las mujeres premenopáusicas los tienen.
Datos clínicos
“Son tumores que solo en aproximadamente 25 por ciento de los casos producen sintomatología del tipo de sangrado uterino anormal, así como síntomas por compresión de estructuras vecinas, dolor pélvico o infertilidad”, explica Ruiz, y agrega que se desconoce la causa de los miomas, aunque se acepta que es una tumoración derivada de músculo liso uterino y que rara vez se convierte en maligno.
La ecografía es la prueba de imagen que mejor precisión ofrece en el diagnóstico de los miomas, sobre todo la transvaginal, que es además indispensable en el diagnóstico de miomas submucosos. De ahí la importancia de los chequeos ginecológicos periódicos para detectar cualquier problema que afecte el aparato reproductor.
En miomas pequeños y asintomáticos se puede optar por esperar un poco la evolución de ese y las molestias que causa, así como en pacientes cercanas a la edad de la menopausia y asintomáticas, incluso con cierta independencia del tamaño del mioma, dado que después de la menopausia es normal observar una disminución del tamaño de este o incluso la degeneración del mismo, comenta el especialista.
¿Qué hacer?
Existen diferentes tratamientos hormonales poco eficaces a largo plazo, y a pesar de las novedades terapéuticas de los últimos años, como la embolización de las arterias uterinas o los ultrasonidos de alta intensidad guiados por resonancia magnética, los cuales pueden reducir el tamaño del mioma hasta en un 40 por ciento. Sin embargo, el tratamiento definitivo de los miomas continúa siendo la cirugía mínimamente invasiva.
Esta cirugía no debe causarle a la mujer ningún tipo de temor, ya que los resultados son óptimos y la recuperación es rápida. No obstante, se aconseja hablar con el ginecólogo, con el objetivo de despejar cualquier duda que pueda inquietar a la paciente.
Prevención
Los miomas no son una enfermedad grave, pero sí causan molestias, por lo que su prevención garantizará una mejor calidad de vida.
Para evitar el aparecimiento de estos tumores, las féminas de entre 30 y 40 años deben prevenir la obesidad y el sobrepeso, así como el sedentarismo. Es fundamental una dieta baja en grasas y ejercicio constante.
Debido a que los miomas requieren cifras elevadas de estrógenos para su desarrollo, se aconseja incluir alimentos ricos en isoflavonas —productos derivados de la soya—.
Fuente: Álvaro Ruiz Zambrana, especialista de la Clínica Universidad de Navarra. Más información por www.cun.es y cuninternational@unav.es.
Vea infografía en: https://www.prensalibre.com/salud/Infografia-miomas_PREFIL20140809_0001.jpg