El director del estudio, David Brough, de la Universidad de Manchester (Reino Unido), afirmó a la agencia local PA que es necesario seguir investigando en profundidad para identificar el impacto que ese efecto tendría en humanos.
Brough señaló asimismo que debido a que el fármaco ya existe, aunque tiene otros usos, el tiempo necesario para que el tratamiento llegue a los pacientes se acortaría más que si estuvieran desarrollando una medicina completamente nueva.
El doctor Doug Brown, miembro de la asociación británica Alzheimer's Society, dedicada a fomentar la investigación de la enfermedad, afirma que “probar sustancias que ya están en uso para otras situaciones es una prioridad”.
Esa fórmula “podría permitirnos rebajar los alrededor de 15 años que se necesitan para desarrollar una nueva medicación para la demencia desde el principio”, afirmó.