El objetivo central es ayudar a ajustar ese reloj biológico para que los niños puedan relajarse más fácilmente, dijo LeBourgeois.
Una clave es la luz, que parece estar muy relacionada con el sueño. Todos tenemos lo que se conoce como el ritmo circadiano, un reloj biológico maestro, que regula cuándo nos da sueño y cuándo estamos más alertas.
Esos patrones varían con la edad: Por eso los adolescentes típicamente se quedan despiertos hasta tarde y tienen problemas para levantarse por la mañana.
Pero cómo funciona ese reloj en niños de edad prescolar, que necesitan dormir más que niños mayores y adultos? Un estudio único en su tipo siguió a 14 niños saludables durante seis días para descubrirlo.
Los niños, de entre dos y medio y tres años, llevaron aparatos en las muñecas que monitoreaban su actividad para detectar cuándo dormían.
Sus padres mantuvieron diarios sobre sus rutinas a la hora de ir a la cama.
La última tarde, los científicos del estudio visitaron cada casa, atenuaron las luces y cubrieron ventanas.
Cada 30 minutos durante las seis horas antes de la hora de dormir de los niños pidieron a los menores que masticasen un pedazo de algodón dental para tomarles una muestra de saliva.
Con las muestras probaron los niveles de una hormona llamada melatonina que es clave para el ciclo de sueño y es sensible a la luz.
Todas las noches el nivel de melatonina de las personas se eleva y poco después comienzan a sentir sueño. Entre los adultos que duermen bien, la melatonina tiende a subir unas dos horas antes de la hora de dormir.
En el caso de los niños en edad prescolar, el nuevo estudio encontró que ese aumento usualmente ocurrió alrededor de las 7:40 pm.
Los niños en general fueron llevados a la cama alrededor de las 8:10 pm y la mayoría estaban dormidos 30 minutos más tarde, reportó LeBourgeois en la revista Mind, Brain and Education.
Cuando la melatonina subió un poco antes, los niñitos que estaban en la cama para las 8 pm se durmieron más pronto. Pero cuando el aumento ocurrió más cerca de la hora de irse a la cama, los niños tendieron a agitarse y llamar a sus padres después que se apagaron las luces.
“No sabemos aún cuál es exactamente el mejor momento”, dijo LeBourgeois, pero los datos indican que dormirse es más fácil si el aumento de melatonina ocurre al menos 30 minutos antes.
Los padres no tienen las pruebas de melatonina como guía, dice el doctor Jyoti Krishna, experto pediátrico en sueño en la Clínica de Cleveland, que aconseja buscar indicios cuando se establece la hora de cama, como bostezos, frotado de ojos — y entonces ajustar esa hora a medida en que el niño crece.
“El surgimiento de la melatonina y el ritmo de nuestro cuerpo cambia”, dijo Krishna.
“Uno no se puede apegar a lo que funcionaba hace dos años con el mismo niño porque los niños van cambiando”.
Las investigaciones muestran que con los adultos el exceso de luz en las noches retrasa el aumento de melatonina y el sueño.
Aunque aún no hay datos sobre niños pequeños LeBourgeois dijo que atenuar la luz una hora antes de ir a dormir es algo recomendable.