En noviembre pasado, unos 100 activistas pro derechos de los animales sustrajeron 178 perros que se usaban en pruebas de laboratorio en el Instituto Royal, en la ciudad de Sao Roque, a 59 kilómetros de Sao Paulo.
Este acto generó una gran repercusión en la opinión pública brasileña y reabrió el debate sobre este tipo de prácticas.
“Hicimos un profundo y amplio estudio del proyecto de ley. Entendemos que la materia debería ser de ámbito nacional, eso sería lo ideal”, afirmó Alckmin en un discurso en el Palacio de los Bandeirantes, sede del Gobierno regional en Sao Paulo.
La fiscalización de la nueva ley será efectuada por la Secretaría regional de Salud, aunque todavía no hay previsión de cuántos animales podrán beneficiarse.
En caso de violación de la ley, que todavía no ha sido reglamentada, las empresas pueden ser castigadas con una multa de hasta un 1 millón de reales (unos 421 mil 585 dólares).