Solidaridad y altruismo
Muchas veces pasan casos tan especiales que vienen a confirmarnos que la fe es un arma poderosa, que puede mover montañas, que sin fe no es posible alcanzar lo que queremos o necesitamos. Viene al caso este comentario porque después de un mes de encontrarse extraviada la carta que hoy se publica, solo por la fe de quien la escribió y la envió, pudo llegar a mis manos.
Hoy la transcribo a los lectores, con la esperanza de que aún podamos darle una respuesta positiva a esta carta que, por cierto, trae a la memoria un hecho que, por los años, ya casi había olvidado. Qué bien por las bendiciones que aún recibimos del cielo quienes fuimos movidos por nuestro prójimo necesitado en aquella ocasión.
Esta es la carta: “Rina, tengo fe en Dios que la presente llegue a sus manos. Para mis conocidos en este pueblo, yo soy Carlos ‘Ostúa’, por haber laborado por muchos años para los transportes Ostúa.
Me gano la vida vendiendo periódicos, pero lamentablemente, por mi enfermedad de diabetes, hace algunos meses me amputaron la pierna izquierda, y como consecuencia utilizo para movilizarme una silla de ruedas que me la prestó un buen amigo, pero ahora él me le está pidiendo porque la va a necesitar.
Rina, hace algunos años —tal vez 30—, usted bondadosamente le brindó ayuda a un personaje muy conocido aquí en Cuilapa, Santa Rosa, don Armando Quintana, que en paz descanse, y que desde el cielo le estará enviando muchas bendiciones.
Fue un 31 de diciembre que usted personalmente, en compañía del doctor Montepeque, se tomaron la molestia de buscar sillas de ruedas. Gracias también a la generosidad de los lectores de Prensa Libre.
Hoy me dirijo a usted tocándole su noble corazón para pedirle ayuda; asimismo, a algún lector o autoridad que desee ayudarme obsequiándome una silla de ruedas, que tanto necesito. Con fe y esperanza en Dios espero con ansias su respuesta”.
Con este llamado, nuevamente Dios nos está dando una nueva oportunidad de servir a otro vecino de Cuilapa, y que privilegio para quien pueda donar esa silla de ruedas y entregarla personalmente a don Carlos Ostúa, cuyo nombre completo es Carlos Augusto Quevedo, con DPI 2611-57663-0101. Se localiza frente a Catedral del Niño Dios de Cuilapa, Santa Rosa.
Considero que es importante conocer la ayuda que se ofrezca a esta persona, que espera con tanta fe una respuesta solidaria. Por mi parte, agradezco que se me informe sobre cualquier ayuda al correo electrónico: rina.motalvo@gmail.com, para asegurar que algún noble lector donó la silla de ruedas.
Por favor, si algún vecino se entera de esta publicación, avisarle a don Carlos que se necesita un número de teléfono para comunicarnos con él.