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Frida, la perra rescatista que enamoró a México, tiene su propio hashtag en Twitter

La red social de —de momento— 140 caracteres estrenó una nueva etiqueta para homenajear a Frida, la perra labrador que ayudó en las labores de rescate durante el terremoto que ocurrió en México el pasado 19 de septiembre, y continuar con una campaña para apoyar a los miles de afectados por el sismo.

En esa línea, Twitter creó los hashtags #TodosSomosFrida, #MéxicoNoPara, #FuerzaMéxico y #60DíasConMéxico para mantener la discusión para dar fuerza a las personas damnificadas. 

Todas las etiquetas son acompañadas por un emoji de Frida, la perrita que se convirtió en símbolo de la ayuda, una de las varias canes que se sumaron a las labores de rescate.

“Porque #TodosSomosFrida sigamos la conversación sobre como seguir ayudando a las víctimas del #19SMX ¡Usa el emoji para llamar a la acción!”, pulicó la cuenta de Twitter Latinoamérica.

Símbolo de esperanza

Frida, durante una demostración de sus ejercicios de rescate (Foto Prensa Libre: EFE).

La coqueta labradora retriever es, junto con dos pastores belga malinois, parte de la unidad canina de la Secretaría de Marina de México y desde el 19 de septiembre los tres han buscado sobrevivientes del terremoto de 7,1 grados que sacudió el centro del país y dejó más de 360 fallecidos.

En su carrera de más de seis años ha ayudado a encontrar 53 personas en medio de construcciones derruidas dentro y fuera de México, 12 de ellas con vida. Y aunque no halló ningún cuerpo tras el reciente sismo de 7,1 grados, eso es lo de menos.


En medio de una de las peores tragedias en la historia reciente de México, Frida —ocho años, treinta kilos, “trending topic” mundial— pasó de ser sólo un perro rescatista de las fuerzas armadas mexicanas a un símbolo de esperanza nacional.

“En términos sociales, esta perrita funcionó como un objeto transicional”, dijo a The Associated Press Fátima Laborda, psicoanalista y directora de Casa Grana, una clínica privada de atención psicológica en la capital mexicana. “Quizá no nos ayudó en nada real o concreto —es decir, no rescató a nadie— pero nos dio la posibilidad de sentir que había esperanza y que había cosas en las que nos podía ayudar”.