Tecnología

¿Tecnología 5G afecta al sistema respiratorio y aumenta las toxinas en el cuerpo? Verificamos por usted

La tecnología 5G prevé ofrecer mayor velocidad, acceso más rápido a los contenidos y permitir a los equipos electrónicos conectarse entre sí.

Un equipo instala para la empresa estadounidense Verizon una torre para la 5G en Orem, Utah, Estados Unidos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Un equipo instala para la empresa estadounidense Verizon una torre para la 5G en Orem, Utah, Estados Unidos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

En redes sociales circula la teoría de que la tecnología 5G puede provocar la asfixia en las personas, aumentar las toxinas en el cuerpo e, incluso, le atribuyen los muertos adjudicados a la pandemia del nuevo coronavirus. A pesar de que las publicaciones han sido compartidas por decenas de miles de usuarios, desde el 11 de abril pasado, las autoridades sanitarias y expertos en esta nueva tecnología sostienen que no hay evidencia científica que respalden esas afirmaciones.

“A altas concentraciones de uso de 5G, obtienes asfixia de humanos a nivel de calle”, dice una publicación titulada “LA VERDAD DEL 5G, MUERTE SIN CORONAVIRUS” o “EL 5G AFECTA AL SISTEMA RESPIRATORIO Y TE PUEDE CAUSAR LA MUERTE”.

No obstante, especialistas descartan que haya evidencia científica que respalde las afirmaciones en el extenso mensaje sobre la tecnología 5G, la quinta generación de telefonía móvil que prevé ofrecer mayor velocidad que la de la actual 4G, con acceso más rápido a los contenidos y la posibilidad de hacer circular miles de millones de datos sin atascos, además de permitir a los equipos electrónicos conectarse entre sí.

“La tecnología 5G a 60Ghz resuena con la molécula de oxígeno y le da al oxígeno una polaridad inversa que lo hace mucho menos utilizable para el cuerpo humano”.

Esta frase “no tiene ningún sentido, está mal construida”, señaló el físico y doctor en neurociencia español Alberto Nájera, vocal del Comité Científico Asesor de Radiofrecuencias y Salud (CCARS) español.

El científico explicó que la tecnología 5G “no resuena en la molécula de oxígeno” y tampoco “funciona a 60 gigahercios”.

“A altas concentraciones de uso de 5G, obtienes asfixia de humanos a nivel de calle. Y a dosis más bajas, obtienes síntomas parecidos a la gripe, que son exactamente los mismos síntomas que la gripe con esta disminución de la absorción de oxígeno por parte del cuerpo”.

“No se ha observado en los seres vivos expuestos a ondas 5G ninguna alteración respiratoria ni del metabolismo energético a nivel celular. Mucho menos las alteraciones respiratorias dramáticas propias de la neumonía por SARS-CoV-2”, evaluó el doctor Luis A. Pérez Romasanta, jefe de Oncología Radioterápica en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

“Nuestros cuerpos tienen billones de organismos parásitos en su interior que se alimentan de nostros (…) Cuando estas bacterias, hongos y parásitos están sujetos a cualquier radiación de microondas WIFI, se dañan y comienzan a reproducir toxinas en defensa propia”.

Sin embargo, las toxinas del cuerpo humano “no tienen nada que ver con la radiación”, sentenció Nájera, al precisar que en el caso de los teléfonos móviles “es poco intensa y penetra poco” en el cuerpo humano.

La radiación puede ser ionizante y no ionizante, y aunque la radiación ionizante (como los rayos X o reacciones nucleares) puede causar graves efectos para la salud, como cáncer, la radiación no ionizante a los niveles del 5G no puede causar tales efectos”, explicó el profesor de la australiana Universidad de Wollongong Rodney Croft, miembro la Comisión Internacional para Protección de Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP, por sus siglas en inglés). Por lo que, “no hay efectos adversos para la salud causados por la exposición al 5G”, sentenció en un correo electrónico el 23 de abril pasado.

La ICNIRP explica que todos los teléfonos móviles, sea cual sea su generación tecnológica, “operan en el rango de radiofrecuencia del espectro electromagnético, de varios cientos de megahercios a varios gigahercios, para permitir llamadas telefónicas sin cables y transmisión de datos”.

“Después de 30 años [de estas radiofrecuencias, NDLR] no tenemos evidencia científica de que haya un efecto sobre la salud”, coincidió el físico español Nájera al insistir en que la radiofrecuencia “es inocua (…) siempre que trabajemos a los límites que ya han establecido los agentes internacionales”, como la propia ICNIRP. “Estamos entre 10.000 y 100.000 veces por debajo del límite de seguridad”, señaló Nájera, por lo que “tenemos un colchón amplio”.

Olivier Merckel, experto de la agencia de seguridad sanitaria francesa (Anses), advirtió que, aunque hay “estudios que han mostrado la existencia de efectos biológicos sobre parámetros muy específicos, como el sueño o la tensión”, no quiere decir obligatoriamente que haya un riesgo para la salud. Los efectos biológicos muestran que el cuerpo se adapta a las variaciones de su entorno, explicó.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) resumió en febrero de 2020 que la tecnología 5G no afecta a la salud y su penetración en el cuerpo humano es menor que anteriores generaciones de tecnología móvil.

“2G tiene diez frecuencias de microondas asignadas, 3G también tiene diez, 4G tiene cinco frecuencias con algunas superposiciones, pero 5G tiene 3000 frecuencias de microondas asignadas por la FCC. ¿Porqué tantos? Entonces, 5G realmente debería llamarse 297G, no 5G”.

“Aunque la información digital que contienen sea muy diferente, desde el punto de vista electromagnético una señal 5G y una 4G son básicamente lo mismo”, explicó Federico Ruiz, director del Observatorio Nacional de 5G español (con participación estatal), en correo electrónico a AFP Factual el 30 de abril.

Para aumentar el volumen de datos, la generación 5G utiliza una banda de frecuencias más elevada que la de la actual telefonía móvil.

“Si ahora tengo 4 carriles, vamos a tener 5 carriles. Ampliamos un carril [pero] uno de los carriles que ampliamos ya se está usando. Voy a emitir a una frecuencia que ya se usaba”, ejemplificó Nájera al precisar que la tecnología 5G utilizará, entre otras, la frecuencia de 700 megahercios que usaba hasta ahora, por ejemplo, la televisión en España y la de 3,5 gigahercios, destinada a servicios móviles, de banda ancha fija, telefonía fija y servicios limitado privado.

La tecnología “5G va a permitir tener antenas más pequeñas y más cerca de la gente (…) si yo me tengo que comunicar con la antena al estar más cerca mi equipo tiene que emitir menos intensidad”, aclaró el científico.

Volviendo a las bandas de frecuencia, las de 5G, “están cerca de las utilizadas actualmente por la 4G o el wifi”, señaló Merckel. “A partir de 10 gigahercios la energía electromagnética apenas penetra en el cuerpo, se concentra al nivel de la piel”, explicó coincidiendo con la posición de la OMS antes mencionada.

“Cuando los chinos encerraron a las personas en Wuhan, recurrieron a sus nuevos teléfonos 5G y conexiones a Internet, por lo que la ciudad se inundó con muchas más radiaciones WIFI 5G e hizo que muchas más personas se enfermaran y murieran”.

El profesor Nájera advierte sobre esta frase: mezcla wifi 5G, que no tiene que ver con la 5G”, donde la G hace referencia a la generación tecnológica. En el caso del wifi, la G “hace referencia a los Gigahercios”, como explica esta página universitaria española.

La ciudad de Wuhan, con 11 millones de habitantes, tiene instaladas tres redes 5G hasta el momento.