Ciudades

Los ríos en Huehuetenango agonizan convertidos en desagües y basureros

Afluentes se han convertido en  desagües y vertederos, sin que las autoridades elaboren un plan para rescatar los recursos hídricos del departamento.

Los ríos de Huehuetenango están llenos de basura. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo)

Los ríos de Huehuetenango están llenos de basura. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo)

“Pescaba en el río Naranjo. De niño corrí por esos lugares. El río de Talishcoy o el que viene de la zona 6 hace años tenían peces”, relató con nostalgia Hugo Villatoro, vecino de Huehuetenango, a quien solo le quedan recuerdos de la vida ecológica que existió en los ríos de ese municipio, ahora convertidos en desagües y basureros.

La desaparición de los ríos parece pasar inadvertida para las autoridades municipales y ambientales. “Es un problema por falta de autoridad y de educación”, expresó Villatoro, quien junto a sus amigos de infancia nadaba en eso ríos en el verano, cuando salían de la escuela.

Villatoro refirió que en cada puente se perciben olores fétidos, debido a la descomposición de desechos sólidos.

“Es feo vivir en Huehuetenango. Me pregunto dónde están las autoridades para poner orden. Va a llegar un momento en el que ya no vamos a poder vivir aquí; nos va a matar la inmundicia”.


“Es feo vivir en Huehuetenango. Me pregunto dónde están las autoridades para poner orden. Va a llegar un momento en el que ya no vamos a poder vivir aquí; nos va a matar la inmundicia”, lamentó.

Por la ciudad pasan los Ríos Cuyumpá, Zacumá, Naranjo, Selegua, San Lorenzo, Cambotillo, La Viña y las Culebras, estos fueron afluentes de agua cristalina antes de la década de 1950, algunos sobrevivieron años, sin embargo, su deterioró fue progresivo hasta llegar al extremo que hoy en día que son desagües.

Bonifacio Castillo, concejal segundo de la comuna de Huehuetenango, recuerda que en su infancia aprovecharon para bañarse en las pozas del río Minerva, recuerda que había un lugar conocido como el chorro, donde disfrutaron en su niñez, realizaron actividades de pesca y buscaron pájaros, panorama que se ha terminado.

El ecologista Rolando Gómez, de la Fundación para la Conservación y el Ecodesarrollo, señaló que en Huehuetenango el ser humano ha terminado con ecosistemas completos, y los ríos, que son indicadores de calidad de vida, por la pureza de su agua, son reflejo del descuido en  que se encuentra la naturaleza.

“Se ha matado vida acuática, flora y fauna que subsiste del agua de los manantiales. Tener contacto con los drenajes ha sido letal para la diversidad de especies de anfibios, peces y flora. El impacto llega a ser irreversible porque no se tiene cómo recuperar la vida que se ha perdido”, manifestó.

Para Rubén Herrera, de la Asamblea Departamental en Defensa de los Recursos Naturales, los arroyos se secan y las consecuencias son críticas, porque ya no hay agua superficial. “Antes había lagunas orgánicas que eran no solo reservorio, se usaron para paseos comunitarios donde los vecinos tuvieron una sana distracción en contacto con la naturaleza”, criticó.

Herrera lamenta que la cantidad de viviendas que se construyen de manera desordenada en la ciudad y los cerros periféricos utilizados por inmobiliarias limitan el bosque y con ello la producción de oxígeno y la generación de agua que alimente a los ríos.

Sin planes concretos

Luis Arturo Meza Ochoa, delegado de la Secretaría General de Planificación de la Presidencia, explicó que los ríos locales han dejado de existir desde que se les devuelve el agua utilizada, sin  tratamiento, y porque desapareció su caudal.

“Los ríos ya no existen. Son drenajes a flor de tierra lo que tenemos. Es un problema que no solo es de este municipio, sino de todo el país”.


“Los ríos ya no existen. Son drenajes a flor de tierra lo que tenemos. Es un problema que no solo es de este municipio, sino de todo el país”, dijo Meza, quien  explicó que existen normativas para la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales, pero son escasas las comunas que las implementan.

Agregó que se deben medir los caudales de aguas servidas, las descargas a los afluentes que provocan ese flujo y contar con estudios que permitan conocer los costos de  preinversión para construir plantas de tratamiento.

Meza Ochoa indicó que en el sistema de Consejos de Desarrollo se ha priorizado la inversión en cuatro rubros —en agua y saneamiento, salud y educación— y se espera construir sistemas de drenajes.

“Rescatar los ríos es una utopía. Se busca dar un tratamiento mínimo, pero  no es la solución”, dijo.

El concejal II  Bonifacio Castillo señaló que por parte de la Asociación Nacional de Municipalidades se les ha obligado a elaborar estudios, para luego construir plantas de tratamiento en los 10 desfogues de drenajes sin tratamiento. No obstante, reconoce que hay descontrol.

ESCRITO POR:

Mike Castillo

Periodista de Prensa Libre y Guatevisión con 11 años de experiencia desde Huehuetenango. 5 veces corresponsal del año en Prensa Libre. Primer lugar de periodismo regional en Quetzaltenango. Periodismo Comunitario, Desastres Naturales y Política. Diplomado en Periodismo de Investigación.