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Castigan a mujer por haberse robado varias prendas de vestir en Santa Cruz del Quiché

Una mujer fue castigada y azotada por autoridades indígenas de Santa Cruz del Quiché, luego de haber ingresado a una casa para robarse 15 trajes típicos.

La madre de la acusada la azotó en seis ocasiones, como parte del castigo comunitario. (Foto Prensa Libre: Héctor Cordero)

La madre de la acusada la azotó en seis ocasiones, como parte del castigo comunitario. (Foto Prensa Libre: Héctor Cordero)

Lucrecia Xicay, de 19 años, originaria de Prados de Santa Rosa, de la cabecera departamental, fue acusada de ingresar a una vivienda y extraer las prendas de vestir.


Según Ana María Colaj, víctima del robo, Xicay es su familiar y trabajó con ella, pero aprovechó cuando no había nadie en la vivienda para ingresar.

Colaj refirió que la señalada sustrajo 15 cortes típicos valorados en Q12 mil. Algunos vecinos observaron cuando Xicay salía de la vivienda con la ropa, por lo que dieron aviso a la propietaria.

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“Yo la fui a buscar a su casa y le pedí que me devolviera la ropa, pero se negó. Por tal motivo la denuncié ante la alcaldía indígena y ellos la obligaron a decir donde estaba lo robado”, señaló la afectada.

En una casa de empeño

Juan Zapeta, alcalde indígena de Santa Cruz del Quiché, dijo que después de la denuncia interrogaron a la mujer, quien les comentó que 12 prendas las había llevado a una casa de empeño y tres más los había vendido en el mercado.
Al llegar al negocio, los propietarios identificaron a la mujer y manifestaron que le habían pagado Q400 por cada uno.

Zapeta les advirtió que se trataría el tema de la casa de empeño, ya que hay varias denuncias de que venden artículos robados.

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“Los castigaremos y los expulsaremos de Santa Cruz del Quiché sí confirmamos las denuncias”, puntualizó el líder indígena.

El castigo

La mujer fue llevada descalza por unos tres kilómetros hacia el parque La Unión. Al llegar, la obligaron a movilizarse sobre sus rodillas y posteriormente la madre la azotó seis veces y una miembro de la alcaldía indígena, tres.

María Lucas, integrante de la alcaldía indígena, solicitó a los demás pobladores a no prestarse a comprar artículos robadas, porque “no solo los que las venden son culpables, también los que las compran y podrían ser castigados”, señaló.

Después del castigo, Xicay fue obligada a pedirle perdón a Colaj asegurándole que no lo volvería a hacer.

La afectada destacó: “El castigo es bueno. El dolor de los azotes pasa, pero la vergüenza es lo más duro, hasta yo me siento avergonzada y eso que yo no fui la que robó”

De acuerdo con autoridades, en este mes se han azotado a tres personas por diferentes delitos, y en comparación con el año pasado los casos han aumentado.

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ESCRITO POR:

Héctor Cordero

Corresponsal de Prensa Libre y de Guatevisión con 16 años de experiencia. Reconocido por varias organizaciones civiles y de prensa. Premiado por el Instituto de las Americas en San Diego, Estados Unidos.

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