EDITORIAL

Votantes, pocos, respaldan vía legal

Los guatemaltecos cumplieron el deber cívico de asistir a las urnas, y aunque en forma muy escasa avalaron con su voto que el centenario diferendo con Belice pueda ser zanjado mediante una resolución internacional que delimite el reclamo de Guatemala sobre una parte esencial de ese territorio, quizá lo más importante es que se puedan definir los límites fronterizos.

El cumplimiento de esa tarea, sin embargo, no se traducirá en una respuesta inmediata y pueden pasar muchos años para que se sepa cuál será el destino de lo hoy reclamado por Guatemala. Incluso una gran cantidad de los sufragantes no recordarán la pregunta por lo que emitieron su voto. Este, en todo caso, debe ser visto como un anhelo genuino por aliviar la vida de miles de guatemaltecos y beliceños que viven bajo permanente tensión en una vasta región de la zona fronteriza.

Para varios de los asistentes a los centros de votación el evento fue muestra de civismo, el cual muchos asumieron con entusiasmo, pese a que la jornada no estuvo exenta del manipuleo político, de pretensiones que iban mucho más allá de cumplir con un compromiso histórico y por ello fueron notorias también algunas coincidencias.

Una de ellas, quizá la más relevante, es que el evento podría incluso enfrentar acciones legales, porque quedaron pendientes recursos planteados por la viabilidad de su legalidad y de todo el andamiaje jurídico previo, que tampoco estuvo exento de críticas y talvez de acciones que debieron haberse sometido a un proceso más riguroso de cumplimiento legal.

Quizá más sutil, pero no menos importante, es la fecha fijada para estas votaciones, justamente cuando otro hecho muy importante para el país se lleva a cabo, como es la elección de seis aspirantes finales para dirigir el Ministerio Público, programada para concluir hoy. Esta ocurrirá en medio de una avalancha de información sobre los resultados de la Consulta Popular, mientras la lista se envía de manera discreta a la Presidencia de la República.

Efectivamente, la fecha para esta cita con las urnas pudo haberse fijado hacia mediados de año, que tampoco habría ocurrido nada, y más bien la interrupción en las clases ni hubiera sido necesaria, porque habría coincidido con el descanso escolar de medio año. Es obvio que alguien buscó que coincidieran estos eventos, para que la elección de fiscal general transcurra en medio de un gran bullicio electoral.

También es probable, como se dijo a lo largo de estas semanas de campaña gubernamental por el llamado a votar, que el evento también era una medición de la popularidad del presidente Jimmy Morales, y por eso era mejor hacerlo antes de la elección de fiscal general, por si existieran reproches al mandatario y que dicho reclamo se reflejara en las papeletas de la consulta.

Hoy, los guatemaltecos han respaldado con su voto la intervención de la justicia internacional para expulsar de la agenda de las preocupaciones nacionales un añejo diferendo y quedará para la historia inmediata la interpretación de coincidencias en la celebración de hechos de mucha relevancia para los guatemaltecos.

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