Darío Morales García quedó ligado a proceso penal por ejecución extrajudicial en grado de complicidad y falso testimonio, por el crimen contra monseñor Juan José Gerardi, ocurrido en 1998.

Así lo resolvió la jueza Abelina Cruz Toscano en audiencia este lunes 5 de mayo, e indicó que hay elementos razonables suficientes en esta etapa.

El 28 de abril, las fuerzas de seguridad informaron sobre la captura de Morales, luego de que fuera deportado desde Alexandría, Luisiana, EE. UU.

El ligado a proceso y enviado a prisión preventiva tenía una orden de captura vigente por estar señalado en el caso de la muerte de monseñor Gerardi.

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La juzgadora dio dos meses de plazo para que el Ministerio Público amplíe la investigación y programó audiencia de etapa intermedia para el 10 de julio a las 9 horas.

Morales García era requerido por un juzgado desde julio de 2010.

Crimen contra Gerardi

Juan José Gerardi no fue un obispo popular como otros. De hecho, muchos lo conocieron hasta el día de su muerte, es decir, hasta el día de su inmolación.

Pasó la mayor parte de su vida sacerdotal en el silencio, la investigación y la labor pastoral en el interior del país. Quiché y las Verapaces forjaron su temple sacerdotal, su valor ante la adversidad y su coraje humano.

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Esa claridad de mente y corazón se apagó a las 22.00 horas del 26 de abril de 1998, cuando fue asesinado a golpes en la cabeza en la casa parroquial de la iglesia de San Sebastián, en la zona 1. Fue el primer obispo asesinado en el país, supuestamente en “tiempos de paz”.

Para leer más: 1998: La verdad nunca muere, Caso Gerardi

Su muerte ocurrió a poco más de dos días de haber presentado en la Catedral Metropolitana el informe Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi), en el cual se documentaron cientos de nombres de civiles muertos durante el conflicto armado interno, incluidos catequistas, sacerdotes y religiosas.