No obstante, el presidente recordó a los indocumentados que no se van a aceptar solicitudes para optar a esas medidas “hasta que se aclare la situación jurídica” en torno a su aplicación.
“Estamos siendo tan agresivos como podemos legalmente”, enfatizó Obama.
A finales de mayo recién pasado, el Tribunal de Apelaciones de Nueva Orleans, estado de Luisiana, desestimó un recurso de urgencia del Gobierno y mantuvo la suspensión de las medidas, dictada en febrero recién pasado por el juez federal de Texas Andrew Hanen a petición de 26 estados, en su mayoría gobernados por los republicanos.
En respuesta, el Departamento de Justicia anunció que no buscará amparo en el Tribunal Supremo para ejecutar las medidas, sino que se concentrará en defenderlas en una audiencia en esa corte de Nueva Orleans programada para el próximo 6 de julio.
Las medidas anunciadas en noviembre por Obama buscan evitar que cerca de 5 millones de indocumentados que cumplan ciertos requisitos sean deportados a sus países de origen, al tiempo que dan prioridad a la expulsión de los que hayan cometido delitos o sean un peligro para ese país.
Hoy Obama volvió a enfatizar que la solución pasa por la aprobación en el Congreso de una reforma migratoria integral.
“Creo que la mayoría de los estadounidenses todavía quieren que eso suceda. Sospecho que será un tema importante de la próxima campaña presidencial” , indicó Obama, quien está en su segundo mandato y dejará la Casa Blanca dentro de un año y medio.