PLUMA INVITADA

Censo y demografía, cuestión antropológica

En el proceso censual no solo existe la interrogante sobre la cantidad de guatemaltecos, sino  las características demográficas de la población: edad, sexo,  tipo de vivienda, lugares con mayor densidad, ocupación, nivel educativo y económico, entre otras, lo cual a su vez puede ser la base para  la  planificación de políticas nacionales, ya  que en la actualidad los datos con que se trabajan son inexactos y antiguos.

Recurrentemente los censos son comparados con una fotografía. El censo es la principal fuente de datos de las poblaciones, debido a la gran cantidad de información que maneja. Nos vemos como población, como somos, cuántos somos, dónde estamos y qué hacemos. Describe, además, estadísticamente las poblaciones humanas, y aunque su objetivo es cuantitativo, no pueden dejarse de lado las características que como población poseemos.

Preocupaciones e intereses en torno al estudio de la población ha habido siempre y la perspectiva con que se estudie responderá al contexto histórico en el que la misma se vea envuelta. De tal manera que la reflexión humana siempre ha estado al pendiente de conocer cuántos somos, por qué crece, disminuye o desaparece una sociedad y cuáles son las explicaciones e implicaciones de la dinámica poblacional.

Dicha inquietud podemos situarla desde el Paleolítico —2,85 millones de años—, cuando grupos que poblaban la tierra en ese entonces, aparte de tener un excedente de alimentación e invertir relativamente poco tiempo para satisfacer sus necesidades básicas, contaban con métodos regulatorios del crecimiento demográfico como el aborto, el infanticidio y la prolongación del período de lactancia.

El principio óptimo de la población propuesto por Platón se basa en la relación entre el crecimiento poblacional y la cantidad de tierra para la subsistencia, calculando que el número ideal de habitantes por cada comunidad en Grecia tenía que ser de un número bien establecido, aunque esto significara recurrir a la inmigración, el aborto, el infanticidio y el geronticidio.

La teoría Aristotélica fundamentó también los peligros de la no regulación poblacional, postulando que la conexión entre el incremento de habitantes y la subsistencia eran básicos para evitar mayores problemas sociales.

La Antropología aborda los fenómenos que se recolectan de manera matemática y establece su vinculación a los cambios culturales: lengua, espacios territoriales, prácticas religiosas y mitológicas propias de cada región, aportando elementos básicos para entender la necesidad de interpretar los cambios y dinámicas demográficas y cómo se ven influidas por factores culturales.

Es innegable la injerencia cultural en la dinámica poblacional. Para ello la Antropología se auxilia de información demográfica y la aplicación de la estadística como principal método de análisis. Por ejemplo, el estudio de los diferentes sistemas familiares y de parentesco, los cuales tendrán irremediablemente implicaciones demográficas de tipo económico.

El aporte de la Antropología en el censo en Guatemala radica en el nivel de análisis de estos sistemas: sus características y dinámicas socioculturales y económicas que las hacen parte de lo que llamamos la sociedad guatemalteca.

Reconocer y analizar el impacto demográfico de las condiciones y estilos de vida de nuestra población es una tarea para aquellos que estudiamos la sociedad y sus elementos característicos en conjunto, sabiendo que nuestra sociedad aún cuenta con factores culturales que la dinamizan, caracterizan y, en buena mediada, la determinan.

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