Rolando de Paz Barrientos

NOTAS DE Rolando de Paz Barrientos

¿Cuál es la más grande noticia que hayamos recibido en la vida? ¿El nacimiento de un hijo, el “sí acepto” cuando propones matrimonio, o cuando escuchas que ganaste el examen para obtener tu título universitario?
Fernando Parrado, uno de los dieciséis sobrevivientes del accidente aéreo en los Andes, ocurrido en Octubre de 1972 nos comparte importantes lecciones de vida. Ese día, cuarenta y cinco personas iban en el avión: todo el equipo de rugby en el cual jugaba, su madre Eugenia y su hermana Susana. Doce de los tripulantes murieron al momento del impacto, entre ellos su madre. Cinco más murieron al día siguiente. Fernando sufrió lesiones que lo dejaron inconsciente durante tres días. Al despertar se hace cargo de su hermana, quien muere en sus brazos cinco días después. A los dieciséis días del accidente ocho más mueren por una avalancha de nieve y a mediados de noviembre mueren dos más debido a las infecciones en sus heridas.
La fortaleza de una nación, pueblo, familia o matrimonio radica en la unidad. Hay un poder especial cuando se tiene una misma visión, un mismo propósito. Las fuerzas se multiplican al trabajar juntos, las debilidades de uno son cubiertas por las fortalezas del otro, cuando uno se cansa el otro puede apoyarle y juntos alcanzar la meta.
Todos la tenemos por ser algo intrínseco de nuestra existencia; la libertad o dominio sobre nuestros propios actos teniendo en última instancia el poder o no de realizarlos. Agustín de Hipona daba esta sentencia “Ninguna cosa está tan en nuestro poder como la voluntad misma”. Llamémosle entonces libre albedrío.
Una de las causas de conflicto en el matrimonio es el dinero. Con frecuencia encontramos parejas que fracasan en su relación por no estar de acuerdo en el manejo de sus finanzas.
El carácter del hombre es probado tanto en el éxito como en la tragedia. La perspectiva y reacciones que tenemos ante ello definen en realidad quiénes somos.
La paternidad es una de las mayores bendiciones de la vida, es, de hecho, el mejor oficio del mundo. Saber que producto del amor entre un hombre y una mujer se concibe un nuevo ser que depende por completo de sus padres produce un sentimiento de gratitud y responsabilidad.
¿Quién es este, que aun los vientos y el mar le obedecen? Fue la pregunta que se hicieron aquellos que vieron a Jesús calmar la tempestad. Es la misma pregunta que hoy muchos se formulan. Para algunos es la historia de un profeta más, para otros un relato nacido en la imaginación de sus seguidores, pero para los que creemos en Él, tenemos la certeza de que es el Cristo, el Hijo de Dios.
Toda la creación, incluyendo al ser humano, fue calificado como algo bueno en gran manera, excepto una sola cosa: la soledad. No es bueno que el hombre esté solo, de manera que tanto el hombre como la mujer siempre tendrán la necesidad de compañerismo. Sentirse solo y rechazado puede hacer la vida casi insoportable; no obstante, el mal de este siglo es la soledad; el mundo está lleno de gente solitaria a tal punto que desarrollar relaciones constructivas y duraderas se ha vuelto un verdadero desafío.
El desarrollo de una nación se formula desde la tarea educativa. El acceso universal a una educación de calidad debe ser el enfoque primario de cualquier gobierno, cuyas políticas no deberán centrarse únicamente en cobertura, equipamiento e infraestructura como aspectos básicos y necesarios, sino en la integración de los múltiples factores que actúan de forma sistémica.