Chiquimula

Padres piden ayuda para su hijo que padece transtorno genético

Desde su nacimiento, Josué Alexánder Ramírez Ramírez, de 7 años, posee un trastorno genético que le impide caminar bien, pero su corazón no lo deja rendirse.

Josué Alexánder Ramírez Ramírez, junto a su hermano menor y su madre, en la clínica del especialista en Chiquimula. (Foto Prensa Libre: Mario Morales)

Josué Alexánder Ramírez Ramírez, junto a su hermano menor y su madre, en la clínica del especialista en Chiquimula. (Foto Prensa Libre: Mario Morales)

El pequeño Josué es un estudiante aplicado y sueña con ser maestro. Actualmente cursa primero primaria en la Escuela Oficial Rural Mixta del caserío Las Cruces,  Olopa, Chiquimula.

El corazón del pequeño Josué es el de un guerrero, pues a pesar de tener dificultad para caminar, cada día se esfuerza por asistir a la escuela.

“Debido a que no contamos con los recursos para comprarle unas muletas, él mismo buscó dos palos que le sirven de apoyo para caminar y asistir a la escuela. Cuando no puedo acompañarlo se va solito, pues asegura que no le gusta perderse ninguna clase”, comentó Teresa Ramírez, madre del niño.

Teresa manifestó que cuando Josué nació, el personal médico del centro de Salud de Olopa le informó que iba a tener dificultad para caminar y que su vida sería complicada, pero gracias a Dios eso no ha sido impedimento para que pueda desenvolverse y seguir adelante”.

Caso

Lidia Portillo, técnica de  servicio de apoyo de la Dirección Departamental de Educación (Dideduc), en Olopa, descubrió el caso y decidió buscar ayuda para el menor. Contactó a la médico Regina Cruz, quien lo trasladó a la clínica de Rubén Barrientos Urízar, profesional en Traumatología y Ortopedia de Artroplastías, quien lo examinó.

Según Urízar, la enfermedad que Josué sufre es osteogénesis imperfecta o trastorno genético que consiste en  que  los huesos se fracturan con facilidad.

Informó que con base a los exámenes que se le practicaron se determinó que el pequeño requiere cuatro clavos en el fémur y tibia  para que le ayuden a enderezar sus piernas.

Precio

El precio de cada clavo es de Q50 mil quetzales y deben ser importados de Canadá, donde los fabrican.

“Es una enfermedad que no se cura, pero que se pueden realizar operaciones para mejorar la calidad de vida del niño. Vamos a solicitar apoyo de otros especialistas para operar al pequeño sin costo. Además, buscaremos apoyo de la población para realizar actividades que contribuyan a recaudar fondos”, informó Portillo.

El padre de Josué, Macario Ramírez Gutiérrez, dijo que no han recibido ayuda de ninguna organización o institución gubernamental, solo de familiares y personas de buen corazón como  el carpintero Hugo Rosales, de la colonia Shoropín, zona 7 de la cabecera, quien les donó un par de muletas.

A pesar de que las operaciones no tendrán ningún costo, asegura que tendrán gastos de hospitalización y medicamentos, por lo que las personas que deseen apoyarlos pueden comunicarse al teléfono 5736 0101.

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