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Los nuevos hallazgos revelan la construcción de muros de 20 pies de altura, así como de torres que utilizaban para vigilar su territorio, fosos y refugios de piedras que quizá utilizaron como municiones para los guerreros.
Este complejo de fortalezas es conocido como La Cuernavilla y se ubica entre las ciudades mayas El Zotz y Tikal, en un terreno de gran altura.
De acuerdo con el arqueólogo Stephen Houston, de la Universidad de Brown y citado por National Geographic, este es el mayor sistema de defensa descubierto en la región hasta el momento.
El hallazgo de La Cuernavilla deja al descubierto el papel de la guerra en la vida de los mayas, y advierte que el conflicto en aquel entonces era intenso y sistemático.
“Teníamos una tendencia a romantizar la guerra maya como algo que fue en gran parte ritualizado y concentrado hacia el final de la civilización. Pero las fortificaciones que estamos viendo ahora sugieren un nivel elevado de conflicto durante siglos. Los gobernantes estaban tan preocupados por la defensa que sintieron la necesidad de invertir en todas estas fortificaciones en la cima de una colina. Hay una sensación de miedo casi palpable en este paisaje “, refirió Houston.
Otros descubrimientos
En febrero del 2018, se reveló la investigación desarrollada por los arqueólogos Marcello Canuto y Francisco Estrada-Belli, quienes gracias al uso de la tecnología láser Lidar concluyeron que alrededor de 10 millones de habitantes mayas vivieron en los principales centros urbanos, con más de 60 mil estructuras individuales.
Los hallazgos fueron en las áreas de El Zotz, La Corona-Achiotal, Holmul, Naachtum, Uaxactun, Xultun-San Bartolo, Tikal, El Perú-Waka y El Tintal. Se encontraron terrazas y campos de cultivos con canales de riego, aguadas, sitios fortificados y grandes calzadas.
Otro descubrimiento reciente es una inmensa calzada, cuyo ancho sobrepasa en 25 metros la de la Muralla China.
Estas vías eran conocidas con el nombre de sakbé. La más grande que se ha identificado hasta ahora atraviesa la selva desde la ciudad de El Tintal hasta El Mirador —en Cuenca El Mirador, entre Guatemala y México—, con una longitud de 23 km, un ancho de 30 metros y una altura de 2 a 6 metros, según ha revelado la arquitecta Josephine Thompson, directora ejecutiva de Mirador Conservation Fund e integrante del Proyecto Arqueológico Cuenca El Mirador.
De acuerdo con la experta, el ancho de la calzada equivale a cinco líneas de carretera en Los Ángeles o Texas. Esta hecha de cal y Richard Hansen, director del proyecto, ha dicho que fue construida entre año 500 y 200 antes de Cristo, y es de cuatro niveles.
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