Raymundo explicó que para una familia que vive de la venta del día es complicado dejar de trabajar, y por esa razón decidió abrir un local improvisado en su comunidad.
“Invitamos a la gente para que venga a comprar, es producto fresco y no sin aglomeraciones y lo mejor de todo es que se mantienen los precios del mercado”, dijo la agricultora, quien añadió que tiene a disposición güisquil, lechuga, hierbabuena, perejil, papa, frijol, arroz y chile.
“Queremos ayudarnos y contribuir con nuestra gente, esperamos que esta emergencia del covid-19 pase y todo vuelva a la normalidad, mientras tanto las medidas continúan y nosotros aquí estaremos”, explicó la vendedora.
José Sales, otro comerciante que siguió la iniciativa de Raymundo, expresó que sus vecinos ya no pasaran penas por viajar al casco urbano por verduras.
Sales expuso que la producción de verduras y hortalizas continúa y recomendó hacer su lista de productos para abastecerse en los puestos de venta.
Yuri Funes, una vecina de La Quebradilla, Chiantla, asegura que con dificultades encontró transporte para llegar a la cabecera municipal para comprar sus verduras; sin embargo, en el camino encontró ventas de hortalizas y se ahorró el viaje.
Agregó que los precios son favorables y que la idea de tener ventas en las comunidades puede evitar que sigan las aglomeraciones de personas en los mercados, pues ella, por ejemplo, ya no tuvo que llegar al centro del municipio.