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Joven no se deja vencer por la adversidad y se graduará de perito contador 

Un padecimiento en la columna desde que tenía 14 años la dejó en silla de ruedas y no impidió que Marjorie Betzabé Álvarez Estrada, 19, luchara por sus sueños y aunque ha atravesado momentos de dificultad, este mes se graduará de perito contador y afirma que con el apoyo de su familia y una actitud positiva se pueden superar barreras.

Marjorie lucha cada día para salir adelante. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano).

Marjorie lucha cada día para salir adelante. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano).

Marjorie, quien tiene cuatro hermanos,  nació y creció como una persona normal, relata su padre Manuel de Jesús Álvarez, 60, quien recuerda que hace unos cinco años se percataron de que la joven tenía torcida la columna vertebral.

  
La preocupación se apoderó de Álvarez y su esposa Ismelda Estrada, por lo que llevaron a  su hija con  un médico  y el diagnóstico fue escoliosis.
 
La recomendación fue el uso de un corsé, pues cuando Marjorie tenía 14 años, su columna se había torcido  en un 40 por ciento.
 
“Cuando ella cumplió 15 años la columna se había torcido el 60 por ciento. Se le notaba mucho y no quedaba  más que la operación”, expresa el padre.
  

Operación de riesgo

Por un momento ambos padres miran a su hija y  luego indican que en    el Hospital Roosevelt recibieron apoyo   para la cirugía que contempló la colocación de   dos barras y 16 tornillos en la columna.
  
“Nos dijeron que era una operación riesgosa”, dijo el  padre, quien es pastor en una iglesia evangélica. 

Agregó que, al parecer, todo había salido bien, pero luego les indicaron que tenía que ser operada de nuevo, pues un tornillo le dañó la médula. “Firmé un papel. Me dijeron que si no firmaba no seguían el caso”, recuerda Álvarez, quien junto  a su familia reside en Boca del Monte, Villa Canales.    

La situación para la familia empeoró cuando se enteraron de que su hija quedaría en silla de ruedas, pero el optimismo y las terapias han ayudado a la paciente  a recuperar un poco la sensibilidad en sus piernas. 

Adaptarse a una nueva vida causó depresión a Marjorie.  “Mi hija era activa. En la banda del colegio tocaba el redoblante”, recuerda Álvarez. A causa del padecimiento,  Estrada baña y cambia de ropa a su hija, quien gracias  al  apoyo moral y espiritual retomó sus estudios   los fines de semana y este mes se graduará de perito contador.

Aunque se desconoce la causa exacta de la enfermedad, los médicos descartaron que se tratara de algo hereditario.  

Anteriormente la familia tenía una panadería, la cual cerraron a causa de las extorsiones. Actualmente se dedican a la venta de pan de casa en casa para agenciarse de fondos. “Mi anhelo es que mi  hija camine”, dice entre lágrimas Ismelda, quien afirma que hay esperanza de que  camine de nuevo, pero se necesita un aparato que servirá para fortalecer las  piernas de su hija y la familia no  cuenta con recursos para adquirirlo.      

Fuerza de voluntad

Marjorie, cuyo anhelo es tener un trabajo,  recuerda que ha sido difícil esta situación, pero el apoyo de su familia le ha dado fuerzas y espera ansiosa el día de su graduación.    

Entre sus aspiraciones está estudiar Psicología Industrial. “Nada es imposible, hay que luchar por los sueños. Tengo que volver a caminar, por eso me esfuerzo cada día”, asegura la joven.

Si alguien desea ayudar a Marjorie se puede comunicar al número 41406635. 

ESCRITO POR:

Óscar García

Periodista de Prensa Libre especializado en periodismo comunitario e historias humanas con 12 años de experiencia.