Jóvenes de occidente exponen inventos tecnológicos

En una exposición regional de tecnología se exhibieron en Quetzaltenango 50 inventos de jóvenes de occidente, entre más de cien creaciones presentadas al concurso Soy Inventor, del club de tecnología Utopía.

María Dávila, de 12 años, elaboro un pequeño elevador que es parte de la exposición. (Foto Prensa Libre: María José Longo)
María Dávila, de 12 años, elaboro un pequeño elevador que es parte de la exposición. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

En la exposición se pueden observar teleféricos, camiones recargables, cargadores solares, escorpiones eléctricos, aviones, un telar semiautomático de tejidos típicos, una impresora en  braille y un vivero automatizado.

Según los organizadores, la  finalidad del proyecto es cambiar los paradigmas de que en Guatemala no se puede ser un inventor o hacer tecnología, aunque reconocen que hay  limitaciones, como el factor económico o la falta de acceso conocimientos básicos, pero ante esto quieren demostrar con los talentosos jóvenes que es difícil, pero no imposible.

“Cuando usted le pregunta a un niño qué será de grande, dice ingeniero o médico, pero no dice inventor, porque no se ha creado un ambiente que propicie su desarrollo en ese espacio. Queremos cambiar esto y que los niños aprendan de tecnología”.


“Cuando usted le pregunta a un niño qué  será de grande, dice ingeniero o médico, pero no dice  inventor, porque no se ha creado un ambiente que propicie su desarrollo en ese espacio. Queremos cambiar esto y que los niños aprendan de tecnología”, dijo Josué Popa, coordinador de la actividad.

El concurso  concluirá este jueves y se dará a conocer a los tres primeros lugares de cada una de las categorías: júnior, adolescentes, juvenil y libre. En la exposición  participan desde niños de 6 años hasta jóvenes de 26. En la premiación también se realizará una competencia de carros a control remoto y con materiales reciclables.

“Queremos demostrar que en Quetzaltenango y en todo el país se puede hacer tecnología. Debemos empezar a soñar, como dice nuestro lema, esto es una realidad tecnológica donde tus sueños tecnológicos se hacen realidad, porque haciendo cumplimos los sueños”, señaló Popa. 

Esperan conseguir financiamiento, en especial para la impresora en braille y  para la tejedora, pues ambos productos están en  fase final.

La tejedora

Lo que sería el proyecto final del diversificado se ha convertido en un invento destacado. La   tejedora eléctrica creada por Yónatan Tzul, Jaime Hernández y Diego Hernández, de Totonicapán, es uno de los aparatos que destaca en la exposición.

“Queremos demostrar que en Quetzaltenango y en todo el país se puede hacer tecnología. Debemos empezar a soñar, como dice nuestro lema, esto es una realidad tecnológica donde tus sueños tecnológicos se hacen realidad, porque haciendo cumplimos los sueños”.


Los jóvenes se inspiraron en la familia  Tzul, de  Chuanoj, Totonicapán.  Señalan que para ese trabajo se hace un gran esfuerzo físico, que ellos con sus conocimientos y talento podrían evitar. El proyecto lo empezaron en enero último.   

Los jóvenes, quienes estudian sexto perito en Electrónica Digital y Microprocesadores en el colegio Preuniversitario El Prado, debieron invertir Q1 mil 200 para la elaboración de la máquina y  utilizaron algunos productos reciclables.

Apoyo a no videntes

Isaías Rocop y Alan Ríos quieren dar una oportunidad para la educación de las personas ciegas. Su impresora en braille tiene un costo mucho menor al de las que se pueden encontrar en el mercado, por lo que aseguran que su invento permitiría mejorar el acceso a la educación a personas no videntes.

“Quisimos construir una —impresora— mucho más económica, ya que en Europa el precio es de  €3 mil 200 —unos Q23 mil 700—. Si tomamos en cuenta el envío, es difícil que se pueda acceder a ese equipo, lo que complica la educación. Eso nos motivó a reducir costos y facilitar el acceso a este aparato”, manifestó Rocop.